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Cristina Grande debuta en el campo de la novela con 'Naturaleza infiel' 

La escritora aragonesa defiende que el personaje se manifiesta ante el lector a través de reflexiones llenas de contención porque, "como en la vida, los silencios son tan importantes como lo que se expresa explícitamente".

La escritora Cristina Grande (Huesca, 1962) debuta en el campo de la novela con 'Naturaleza infiel' (RBA), un relato escrito en primera persona por Renata, una joven que narra los recuerdos de las tres últimas décadas de su vida junto a su familia, "un auténtico matriarcado", donde se desarrollan las experiencias vitales de su madre y su hermana gemela.


La escritora defendió, en una entrevista, que el personaje se manifiesta ante el lector a través de reflexiones llenas de contención porque, "como en la vida, los silencios son tan importantes como lo que se expresa explícitamente".


Para Grande, no se trata sólo de omitir sino de concentrar, "de aglutinar las ideas sin adornos redundantes". Así queda reflejada la protagonista, que escribe para poner orden en su vida ya que, según explicó, "sólo existe auténtico pensamiento cuando se expresa con palabras".


Naturaleza no tan fiel


"Renata es un personaje que, en medio de sus contradicciones, no es tan infiel como aparenta", sentenció. La voz de la protagonista podría extrapolarse a la de toda una generación, como fue la suya, que "aprendió a madurar demasiado tarde, que pasó de la dictadura al encuentro con la libertad de manera brusca y que intentó darse a sí misma sus propios parámetros de orientación", apuntó.


La novela no tiene tanto de autobiográfico como pudiera percibirse. La escritora admitió que "la voz en primera persona siempre hace imaginar esto al lector aunque admitió que en todos los personajes se encuentran atisbos de su propia vida".


La novela está repleta de frases lapidarias como "Mi madre se ocupó siempre de arreglar mi vida práctica pero nunca de mi alma" o "Mi madre ordenaba armarios porque no sabía como ordenar su vida" o "Mi madre preguntó a su empleada de hogar si era posible que una mujer tuviese dos hijos gemelos de dos padres distintos a lo cual Matilde no supo qué responder". Para la autora, estas frases son sólo algunos ejemplos que corroboran otra frase que define a la protagonista: "La duda es lo último que se pierde".


Pero, para Grande, al final, la gente que construye el mundo es la que lo hace con hechos, y eso, que tanto les costó a estas dos hermanas, queda patente en la figura de su madre, "que se enfrenta con gran coraje a la realidad trágica en la que viven, todo un ejemplo de entereza".


La fotografía, la música y el cine


'Naturaleza infiel' también muestra la transición del campo a la ciudad, en este caso de pica a Zaragoza, como vivieron tantos hogares antes y durante la Transición, "lo que para muchos fue un cambio marcado por la desorientación y la falta de parámetros de una España nueva y distinta que se empezaba a construir".


La novela está repleta de referencias musicales y cinematográficas porque para Cristina Grande, el cine fue esencial para esta generación de jóvenes ya que "les abrió ventanas a mundos fascinantes llenos de libertad y la música se convirtió en la banda sonora de nuestras vida", apuntó.


La aparición de la fotografía como afición en el padre de la protagonista es un homenaje al padre de la autora, que le transmitió este legado y le descubrió "una herramienta que ayuda a dejar constancia de historia de cada uno y a expresar lo que no se puede con las palabras. De hecho, la fotografía que ilustra la portada la hizo él", adimitó.


La escritora, que había publicado con anterioridad dos relatos de cuentos 'La novia parapente' y Dirección noche' (ambos publicados por la editorial Xordica) señaló que tiene otras dos novelas en mente para el año que viene que tratará de compaginar con la escritura de nuevos cuentos.