El músico aragonés Emilio Reina, actual director de la Polifónica Miguel Fleta, ha sido distinguido con la Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio que se concede a quienes hayan reunido suficientes méritos en los campos de la cultura, la educación, la ciencia, la docencia o la investigación. Reina recibió el martes en su casa el nombramiento, que llegó por correo y encabezado por la figura del rey don Juan Carlos, gran maestre de esta orden civil honorífica establecida en 1902 y en la que han ingresado anteriormente por méritos excepcionales otros aragoneses como José María Albareda, José Camón Aznar, José Sinués, Fernando Lázaro Carreter, José Bello, Antón García Abril, Juan José Badiola o, más recientemente, José Antonio Labordeta, todos ellos poseedores de la Gran Cruz.

Reina recibía la notificación de este honor en unas fechas muy especiales, con el mismo gozo de un niño ante un regalo de Reyes. "Cuando regresé a casa me encontré un gran sobre, con un pergamino. Reconozco que cuando lo abrí se me cayó una lágrima. Mi mujer Esperanza estaba conmigo y nos fundimos en un abrazo", confesaba ayer a HERALDO el músico, que en el 2008 celebró las bodas de oro de la Polifónica Fleta, que él dirige desde 1968. Con la Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio le llega también un tratamiento particular: "Como académico (de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis) ya tenía tratamiento de ilustrísimo, y esta distinción da el título de señoría. Pero, al final, me llaman Emilio, como en casa", comentaba campechano Reina, que aún tendrá que recoger físicamente la Cruz en un acto que tendrá lugar dentro de unos días. Tiene claro qué hará cuando llegue a sus manos: "Es una medalla de pecho, con un pasador, y como en las actuaciones de la Polifónica vestimos de gala, me la pondré y la llevaré con orgullo", asegura. De momento, la coral está de vacaciones, pero está previsto que a finales de mes retome su actividad concertística.

Reina, que entre 1997 y 2001 fue director del Conservatorio Superior de Música de Aragón, dice que ya no esperaba que este honor le pudiese llegar. "Hace dos años, cuando celebramos las bodas de oro de la Polifónica, a la presidenta se le ocurrió proponerme para la Cruz, a lo que se adhirieron varias entidades", recuerda.

Pero su candidatura, respaldada por la delegación del Gobierno en Aragón, la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, la dirección general de Cultura del Gobierno de Aragón, el Cabildo Metropolitano de Zaragoza, la Hermandad de Santa Isabel y la asociación cultural Los Amigos del Arte, ha salido por fin adelante.