Concienciados con la contaminación

Arte con basura del Everest

Un grupo de 15 artistas se enclaustró durante un mes en Katmandú y transformaron 1.500 kilogramos de basura en 74 esculturas.

Escultura con la basura del Everest.
Arte con basura del Everest
EFE

Un grupo de artistas nepalíes concienciados con la contaminación que padece el Everest ha convertido en esculturas la basura abandonada por los alpinistas en las laderas de la montaña más alta del mundo.


Todos los años cientos de montañeros llegan a Nepal con la intención de escalar el Everest y las otras 14 montañas de primer nivel que posee el país; los desperdicios y residuos que dejan a su paso es la materia prima de la iniciativa artística.


"(Esas montañas) son una bendición y debemos trabajar juntos para preservar y proteger el medio ambiente en Nepal, especialmente en el Everest", dijo Rana Kripa Shahi, director de la agrupación de arte Da Mind Tree, que se halla detrás del proyecto.


Para llevarlo a cabo, un grupo de 15 artistas se enclaustró durante un mes en Katmandú y transformaron 1.500 kilogramos de basura recogidos del Everest -como bombonas de gas y oxígeno, pilas, utensilios de cocina y latas de comida- en 74 esculturas.


"Hemos llamado a este proceso 'upcycling'" (término en inglés que se refiere a la reutilización de material que ha dejado de ser útil), señaló Shahi.


Las esculturas -desde una bombona con alas hasta un barco creado a partir de una cocina de gas- se exponen estos días en el hotel Boutique Meconopsis, en el extrarradio de la capital nepalí, después de que la semana pasada se exhibieran en Katmandú.


La labor de recolección de basura la lleva a cabo la Asociación de Escaladores del Everest (ESA, en inglés), que entre 2011 y este año han limpiado la montaña de 10 toneladas de residuos, según afirmó el presidente de la organización, Wangchuk Sherpa.


Sherpa explicó que aunque la inmensa mayoría de la basura ha sido comercializada, optaron por almacenar algunos residuos para llamar la atención de los mandatarios nepalíes sobre la crisis ambiental que padece el Everest.


"(Los artistas) se enteraron de ello y nos pidieron desechos para realizar sus obras de arte", dijo el presidente de ESA, quien añadió que tras ver las esculturas comprende el "valor" del proyecto.


Los artistas también se dieron cuenta de la importancia de trabajar con material procedente del Everest.


"Resultó muy especial trabajar con esos materiales, a pesar de que nunca he estado en la montaña. Incluso cuando trabajaba con latas usadas tenía cuidado de no desperdiciarlas", declaró uno de los escultores, Sushma Shakya.


Otro de los artistas, Lal Kaji Lama, reveló que para él resultó muy complicado emplear un tipo de material tan ajeno a los escultores como la basura, pero señaló que lo importante era "crear un mensaje".


Desde mediados de los años 90 tanto ecologistas como montañeros y el propio Gobierno nepalí han mostrado su preocupación ante las ingentes cantidades de basura que son depositadas en el techo del globo durante las expediciones de los escaladores.


En la actualidad, cada una de las expediciones de escalada al Everest debe entregar al Gobierno nepalí 4.000 dólares y esa cantidad les será reembolsada si muestran a su regreso que se hallan en posesión del mismo material con el que iniciaron su andadura.


Sin embargo, el presidente de la Asociación de Escaladores del Everest reconoció que ese tipo de control es muy deficiente.


El estadounidense David Bershears, que ha escalado el Everest cinco veces, dijo la semana pasada en la exposición que seguramente parte de la basura que vio en 1983 en la montaña era la misma que tenía frente a él, pero "con una forma diferente".


El estadounidense explicó que la primera vez que subió a la montaña en 1983 se convirtió en la persona 135 en alcanzar la cima -30 años después de que Edmund Hillary y Tenzing Norgay lo lograran por primera vez en 1953-, y la cumbre se hallaba inmaculada.


"Sin embargo, en la actualidad hay días en los que suben 135 personas", dijo Bershears, y reveló que en 1996, mientras rodaba un filme sobre el Everest, presenció cómo unos escaladores abandonaban carteles de patrocinadores tras tomar unas fotos en la cumbre.


Parte de los beneficios de la venta de las obras de arte, cuyos precios van desde los 14 dólares hasta los 2.310 dólares, irán destinados a la Asociación de Escaladores del Everest para financiar nuevas campañas de limpieza, según el artista Shahi.


"Tenemos que continuar con la recogida de la basura y la educación de la gente", explicó Sherpa.