Teatro

Treinta y tres años con Mario

El personaje de Carmen Sotillo, protagonista única de la obra 'Cinco horas con Mario', llegó por primera vez al teatro el 26 de noviembre de 1979.

Miguel Delibes
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EFE

Cuando el 26 de noviembre de 1979, el productor José Sámano estrenó en el teatro madrileño Marquina la obra 'Cinco horas con Mario', de Miguel Delibes, nadie pensó, ni siquiera él, que 33 años después seguiría representándose.


Coincidiendo con este aniversario, el teatro Arlequín levantará el telón el próximo día 26 con esta obra con la que Sámano se sigue sorprendiendo por la vigencia "brutal" del exitoso texto de Delibes. "La gente se sigue riendo donde se tiene que reír, y eso se debe al genio de Delibes", afirma el productor a Efe. 


"Yo siempre quise llevar al cine esta obra -continúa Sámano-, pero en cine es imposible, hasta que un día me vino Lola Herrera y me dijo que la hiciéramos para teatro, así que, junto con la directora de cine y teatro Josefina Molina, la hicimos posible pese a ser los únicos que creíamos en el texto".


El personaje de Carmen Sotillo, protagonista única de la obra, llegó así, por primera vez, a las tablas del teatro Marquina con presagios poco halagüeños, según recuerda Sámano.


"Durante el ensayo general, el 25 de noviembre de 1979, algunos asistentes se durmieron y otros me dijeron '¿para qué haces esta tontería?", rememora.


Pero aquella supuesta "tontería" hizo que Sámano, Molina y Herrera consiguieran enganchar al público con un monólogo que hace reír y sobrecoge a partes iguales.


Desde hace dos años, y propuesta por el teatro Arlequín, con el nuevo montaje llegó también una nueva Carmen Sotillo, interpretada por Natalia Millán.


La actriz asegura que coger el testigo de Lola Herrera ha supuesto un estímulo y un acicate, porque para ella suceder a la intérprete vallisoletana "es un honor".


Por eso, Millán espera que el actual montaje de 'Cinco horas con Mario' esté mucho tiempo en la cartelera y augura que la adaptación de la obra de Delibes estará en los escenarios siempre, aunque sea de forma intermitente.


Respecto a la actual situación que vive el mundo de la cultura tanto Sámano como Millán coinciden en calificarla de "horrorosa y pavorosa", adjetivos contra los que la actriz madrileña lucha cada noche que se sube a las tablas saltándose el protocolo teatral y agradeciendo al público que haya ido a la función.


Mientras que Sámano califica el teatro como "un negocio de mucho riesgo, pero sobre todo de mucha vocación y mucha pasión", por lo que, para este productor santanderino, hacer teatro tiene un mérito extraordinario "y más en este momento".