El arte contemporáneo y de posguerra de autores como Andy Warhol, Franz Klein, Roy Lichtenstein o Jeff Koons puso el broche de cierre a las grandes citas de la temporada de subastas de este otoño en Nueva York, en una noche en la que se recaudaron más de 412 millones de dólares (323,7 millones de euros).

La 'Estatua de la Libertad' de Andy Warhol, vendida por 39 millones de dólares (30,63 millones de euros), se convirtió en la obra más cotizada de esta subasta celebrada por la casa Christie's, en la que, en general, se cumplieron las expectativas de precios y se remontó el desencanto sufrido al principio de la temporada, cuando señaladas piezas de Henri Matisse o Edgar Degas se quedaron sin comprador.

Ese cuadro de Warhol se trata de una de las obras más importantes que el artista realizó en la década de los 60, ya que con ella expandió los límites del arte, al convertirse en el primero en emplear una pionera técnica de 3D que hace de este lienzo un referente de innovación en el mundo gráfico.

"Profundamente personal y universal al mismo tiempo, este cuadro es un símbolo de esperanza pintado en un momento de crisis para Estados Unidos. Es un icono del sueño americano, junto a otros temas de Warhol como las botellas de Coca-Cola, las latas de sopa Campbell o sus Marilyn Monroe y Elvis Presley", explicó el director de la subasta, Brett Gorvy, en un comunicado.

Esta obra supone además "una carta de amor" de este hijo de inmigrantes eslovacos (1928-1987) a su "amada Nueva York", según Gorvy.

Otro de los trabajos del artista pop que alcanzó un alto precio, 21,1 millones de dólares, fue un retrato de Marlon Brando, ejecutado en 1966 a partir de un fotograma publicitario de su película 'Salvaje' (1953), en el que se ve al actor enfundado en una cazadora de cuero y subido a su motocicleta Triumph Thunderbird.

"Esta imagen de Brando irradia una intensa sexualidad que raras veces se encuentra en el trabajo de Warhol, quien en esta obra reprodujo el arquetipo de la calma y el glamour", señaló Gorvy.

El expresionismo abstracto estuvo representado por la obra de Kline (1910-1962) 'Untitled', de 1957, un monumental lienzo de casi tres metros de largo en tonos blancos y negros que crean una "tensión febril y vigorosa" en su superficie, el cual se vendió por 36 millones de dólares.

Por otra parte, el cuadro 'Nude with red shirt', del artista pop Lichtenstein (1923-1997), alcanzó un precio de 25 millones de dólares (19,63 millones de euros), y en él se aprecia una de las imágenes inspiradas en la cultura de los medios de comunicación de masas que el estadounidense gustaba de recrear, con su característica técnica del punteado.

La escultura tuvo un gran protagonismo gracias a la obra de Koons 'Tulips', una pieza de gran formato, de cinco metros de largo, en la que se entrelazan siete tulipanes que exhiben los colores del arco iris y que simbolizan "la primavera, el renacimiento, el amor y la pasión y que suponen un homenaje a todos los placeres", según Gorvy.

Esta escultura, que pertenece a una serie de cinco instalaciones análogas, que se han convertido en las obras insignia de Koons (1955), se vendió por 30 millones de dólares (23,6 millones de euros).

También como grupo escultórico, se puso a la venta todo un rebaño de 24 ovejas, con una negra incluida, obra de François-Xavier Lalanne (1927-2008) y titulado "Moutons de laine", que data de 1965 y por el que se pagaron 5 millones de dólares (3,9 millones de euros)

La obra de Rothko (1903-1970) 'Black Stripe (Orange, gold and black)' se vendió por 19 millones de dólares, después de que otro cuadro suyo hubiera alcanzado el pasado martes en la casa Sotheby's un precio de 67 millones, mientras que 'Sin título', de Jean-Michel Basquiat (1960-1988), cosechó 23,5 millones de dólares.

Uno de los autores más presentes en la subasta fue Gerhard Richter (1932), cuyo 'Abstraktes Bild (779-2)', en la que el alemán alcanza la plenitud de su lenguaje abstracto, se vendió por 13,6 millones de dólares.

De Yves Klein (1928-1962), por 6,7 millones de dólares, se vendió 'Accord Bleu', una obra de 1958 en la que el francés experimentó con las texturas porosas de las esponjas, de modo que se convirtieran en un material que absorbiese su característica tonalidad de azul "IKB", para darle así presencia a lo que es pura abstracción.