ARAGONESES POR EL MUNDO

La zaragozana Alejandra Andreu presentará un espacio de televisión en China

Tiene un contrato de un año con la cadena CDTV-1 y su imagen será utilizada en promoción de la ciudad de Chengdu.

Alejandra Andreu, en una imagen promocional.
La zaragozana Alejandra Andreu presentará un espacio de televisión en China
VALERO RIOJA

Alejandra Andreu, estudiante y modelo zaragozana de 19 años, consiguió en 2008 el título de Miss Internacional, el tercero en importancia del planeta después de Miss Universo y Miss Mundo. El concurso se celebró en Macao, y Alejandra superó a 62 candidatas. Allí fraguó una relación especial con el extremo Oriente, que cristaliza ahora en el plano profesional: presentará el año próximo un programa semanal en la cadena CDTV-1 y será imagen del canal. Presentará diferentes galas y participará en actos promocionales de la ciudad de Chengdu, castigada con un terremoto el año pasado y embarcada ahora en una campaña de reconstrucción física y anímica.

 

Alejandra, que estudia Periodismo en la Complutense madrileña, ha firmado un contrato de un año, y se pasará 2010 viajando a China: diez días cada mes, para grabaciones intensivas. "Ya veremos después, pero en un primer momento será así", comentaba ayer Alejandra. "Es duro, pero nadie te regala nada, eso es una realidad y si quieres crecer profesionalmente, tocan sacrificios. Me gusta este reto, porque después del concurso ya hice una serie de reportajes de viaje por las cercanías de Chengdu, que convencieron a la gente de CDTV-1 de que podía hacer este trabajo".

 

El idioma es una barrera evidente, que Alejandra va salvando poco a poco. "Estoy aprendiendo chino mandarín y me dicen que poco a poco voy cogiendo nivel, pero la cadena me pondrá allá en una escuela intensiva. De momento, al ser una emisión para canales internacionales, se combina el chino con el inglés, y podré arreglármelas para usar el chino por fonética. Aunque eso también es complicado: la pronunciación es muy difícil, y hay sonidos que no tenemos en occidente. También hay que hacerse a las costumbres, como lo de saludar con dos besos: allí no se hace, el beso se ve como algo íntimo, aunque les voy convenciendo de que no es una mala idea -ríe-. Y en las comidas de trabajo, cada brindis es una ceremonia: al final, casi no comes".

 

La zaragozana no piensa renunciar a ir al día con sus estudios, aunque no visite con frecuencia la famosa cafetería de Periodismo en la Complutense. "Lo iré simultaneando con los viajes, aunque no tenga mucho tiempo para disfrutar de la cafetería. Lo que importa es que mis amigos y mi familia me apoyan en esto, tengo Internet para no perder contacto... además, hay posibilidades de hacer algo en Aragón, pero no quiero gafarlo hasta estar segura".