María Angulo: "La crónica cuenta con la fuerza de lo testimonial y del yo"

Esta madrileña, afincada en Zaragoza, es experta en periodismo de autor, de crónica y de reportaje, como se ve en su libro ‘Inmersiones’, que presentó en la la librería Cálamo.

María Angulo Egea se ha convertido en una gran especialista en la historia del periodismo.
María Angulo Egea se ha convertido en una gran especialista en la historia del periodismo.
Guillermo Mestre

¿Cómo empezó su idilio, su historia de amor con el periodismo?

Es una historia que viene de largo; que empieza en el ámbito personal y de investigación, y termina de materializarse en el terreno profesional cuando en el 2005 llego a Zaragoza y entro a trabajar en la Facultad de Comunicación de la Universidad San Jorge, que se iniciaba en ese mismo año. Luego vino mi estancia de nueve meses en Buenos Aires, en donde la crónica y el periodismo narrativo terminaron de enamorarme. A mi regreso al Grado de Periodismo de la Universidad de Zaragoza, he podido desarrollar este potencial con libros como ‘Crónica y mirada’ (Libros del KO, 2014) y ahora con ‘Inmersiones’ (Ediciones de la Universidad de Barcelona, 2017).

¿Qué ha significado Mariano de Cavia en su trayectoria?

Cavia me abrió los ojos al articulismo y la crónica y me sirvió para comprender la calidad literaria excepcional que existe en el periodismo español. Con el estudio de su producción pude entender gran parte de la idiosincrasia española. Me sirvió también para analizar recursos y estrategias narrativas fundamentales a la hora de pensar y desarrollar buenos artículos y columnas. Trabajar junto con la profesora Rosario Leal en la edición de ‘Azotes y galeras’ (Asociación de la Prensa de Zaragoza e Ibercaja, 2008) fue sumamente enriquecedor.

¿En qué consiste el periodismo de inmersión, de cuántas maneras puede uno zambullirse en la realidad y en la escritura?

He seguido los pasos del trabajo de Antonio López Hidalgo y María Ángeles Fernández Barrero en ‘Periodismo de inmersión para desenmascarar la realidad’ (Comunicación Social, 2013). Allí se planteaban tres modos de adentrarse en un territorio, en una realidad.

Vayamos con ellos, por favor.

Tiene que ver en primera instancia con el trabajo de campo, del reporterismo que realiza el periodista. Existe una gradación inmersiva que abarca desde la "observación directa" que requiere de la empatía para su mejor desarrollo, pasando por la "observación participante"que se ha practicado mucho desde concepciones antropológicas y etnográficas con maestros como Bronislaw Malinowski en ‘Los Argonautas del Pacífico occidental’. Y por último estaría la infiltración: que es aquella en la que el autor se transforma en otro para entrar en espacios conflictivos y obtener una información que no podría conseguir como periodista.

De esto habla mucho en el libro. Pienso en Gabriela Wiener...

Dentro de esta inmersión extrema, también estaría el denominado periodismo ‘gonzo’, término acuñado por Hunter S. Thompson como una variante del ‘New Journalism’, defendido por Tom Wolfe, en el que sujeto y objeto se convierten en una misma cosa. Ya no hay disfraz o ‘performance’. El periodista es el protagonista, narrador y objeto de análisis de la crónica. Aquí destaca sobremanera, sí, el periodismo de Gabriela Wiener, que cuenta con un capítulo completo en ‘Inmersiones’. El único capítulo del libro hecho a cuatro manos con la periodista Inés Escario con quien comparto la pasión por la producción de Wiener.

¿Qué es la crónica?

Es un género muy concreto que requiere de un narrador testigo que dé cuenta de un acontecimiento. Que lo narre con propiedad y exactitud. Existe por lo tanto un sujeto explícito que cuenta y muestra emociones y sensaciones, y que se sitúa en un espacio y tiempo concreto: el lugar y la temporalidad del suceso que narra. Esto simplificando al máximo. Lo que está claro es que la crónica cuenta con la fuerza de lo testimonial y con un narrador que construye un relato en el tiempo. En el reportaje interpretativo no emerge ese yo narrador explícito, ni ese carácter testimonial. Si nos vamos al periodismo narrativo: ‘A sangre fría’ de Truman Capote sería un reportaje novelado y ‘El Interior’ de Martín Caparrós, una crónica.

Ahora solo se habla de crónica casi como periodismo narrativo...

En España se ha extendido la palabra crónica para hablar de crónicas y reportajes porque se emplea el término, al igual que en algunos países de Latinoamérica, como sinónimo de periodismo narrativo o literario.  Un macrogénero que permea a casi todos los géneros periodísticos. En España, contamos históricamente con joyas de periodismo narrativo en el articulismo y en el columnismo.

Con el texto final ‘Bienvenida al paraíso’, ¿ha nacido una escritora de viajes, una cronista, una autora de ficciones...?

Bueno, he realizado mi particular inmersión en un territorio al que he ido en muchas ocasiones como es Caños de Meca en Cádiz. Es una crónica de viaje y estoy segura de que habrá muchas más. Pero estas crónicas requieren tiempo de documentación y de reporterismo y luego además un proceso de escritura reposado y cuidadoso, así que será algo que pueda hacer muy de vez en cuando.

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