Una apuesta por el transporte sostenible

Una apuesta por el transporte sostenible

Desplazarse en transporte público por las ciudades es un ahorro tanto en términos económicos como ambientales.

Para desplazarse hasta Zaragoza el tren es la mejor alternativa al vehículo privado
Para desplazarse hasta Zaragoza el tren es la mejor alternativa al vehículo privado
Asier Alcorta

Según la última encuesta de presupuestos familiares publicada por el Instituto Nacional de Estadística, los españoles destinaron un 11’6% de su presupuesto al transporte, cifra que supone un gasto medio de 3.264 euros. En ese porcentaje, destaca la importancia de los gastos en carburantes y lubricantes (3,9% del presupuesto), automóviles (3,1%) y mantenimiento y reparación de vehículos (1,8%), aspectos todos ellos relacionados con el uso del vehículo privado.

A pesar del coste, la libertad que aporta desplazarse con tu propio vehículo, sin depender de horarios ni rutas, y la comodidad son los principales argumentos a la hora de elegir el coche en lugar del transporte público. Para desplazarse por las ciudades, el autobús, el tranvía y los trenes de cercanías son medios mucho más asequibles, que además contribuyen a reducir la contaminación y el tráfico en las grandes urbes. En este contexto, el pasado sábado comenzó la Semana Europea de la Movilidad, siete días para concienciar a políticos y ciudadanos sobre las consecuencias negativas que tiene el uso irracional del coche en la ciudad, tanto para la salud pública como para el medio ambiente, y los beneficios del uso de modos de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta y los viajes a pie.

Un ambicioso objetivo que debería ir más allá de las ciudades, puesto que largos o cortos, los desplazamientos en coche suponen un coste muy elevado tanto en términos económicos como ambientales, ya 73,2% de las emisiones de CO2 del sector del transporte las producen los automóviles.

En ese sentido, el ferrocarril -que representa un 8% del transporte mundial- se posiciona como un elemento central para sustituir los viajes en coche y para apostar por una economía baja en carbono, ya que más de un tercio de la energía utilizada en este medio de transporte es eléctrica y un cuarto de las líneas están electrificadas a nivel mundial. Además, desde 1990, año base del Protocolo de Kioto, la intensidad energética del sector ferroviario ha decrecido un 33% a nivel mundial.

Renfe, principal operadora ferroviaria de España, tiene muy presente el compromiso con el medio ambiente, pues en sus 25 años de historia han apostado -y apuestan- por un transporte ferroviario de cero emisiones, con una ambiciosa estrategia de sostenibilidad y eficiencia energética. Prueba de ello es la reducción de su huella de carbono en un 56%, situándose en 24,2 gramos de CO2 por unidad transportada y el ahorro en términos ambientales y ecónomicos: los servicios de alta velocidad entre 1992 y 2016 han permitido un ahorro estimado por externalidades de 4.286 millones de euros y han evitado la emisión de 12,9 millones de toneladas de CO2.

¿Cuánto se ahorra?

Según datos publicados por la entidad Automovilistas Asociados Europeos, el precio del kilómetro en un vehículo estándar asciende a 0,44 euros en coches de gasolina y 0,29 en coches diésel, cifra calculada teniendo en cuenta el precio del combustible, el seguro, el mantenimiento, los neumáticos y los impuestos.

En viajes cortos. Tomando como referencia estos datos, un trayecto corto en coche por ciudad, de unos 5 kilómetros, rondaría los dos euros de coste para el usuario, cifra superior al precio del transporte público en Aragón, puesto que en Huesca y Teruel, el precio del transporte público es de un 1 euro por viaje, mientras que en Zaragoza asciende a 1,35 euros. En este cálculo cabría valorar también el precio del aparcamiento y la rapidez del transporte público, ya que cuenta con sus propias vías y carriles de circulación especiales. En viajes largos. Bien sea a Madrid o a Barcelona, la distancia que hay desde Zaragoza ronda los 300 kilómetros. En coche, este viaje supondría un coste de 132 euros, mientras que en tren la cifra ronda los 70 euros, sin tener en cuenta los habituales descuentos y tarifas promocionales que Renfe ofrece a los viajeros. En este cálculo cabría añadir la comodidad y la rapidez, pues viajar en coche hasta cualquiera de las dos ciudades costaría unas tres horas, mientras que en tren de Alta Velocidad no supera la hora y media de duración.