Metodologías de vanguardia y un aprendizaje basado en problemas, claves en las aulas del Colegio Británico

Metodologías de vanguardia y un aprendizaje basado en problemas, claves en las aulas del Colegio Británico

Este centro, con más de 600 alumnos, es un referente en Aragón en materia educativa, ya que cuenta con proyectos innovadores como KIVA, contra el acoso escolar, y un programa de robótica.

Conseguir un “excelente nivel de lengua extranjera” y que todos sus alumnos accedan a la carrera universitaria deseada son los objetivos que persiguen de año en año en el Colegio Británico de Aragón, que cuenta en la actualidad con 600 alumnos en sus aulas.

La educación personal e individualizada, complementada con valores como un objetivo “irrenunciable” para sus alumnos, son claves en el aprendizaje cooperativo que fomenta el centro para que sus estudiantes alcancen la excelencia. “Queremos una persona muy preparada para las competencias del siglo XXI, que sea capaz de adaptarse a la gran disrupción que está impactando en todos los sectores y nos obliga a una adaptación rápida pero serena, con un excelente dominio de las nuevas tecnologías y, por supuesto, conocedor de diversas lenguas, motivado y con afán de superación”, afirma Miguel Cendegui, director del Colegio Británico de Aragón, al explicar cuál es el perfil del alumno que están formando.

Proyectos interdisciplinares para conseguir la excelencia educativa

La metodología que sigue el centro se basa en el aprendizaje cooperativo del ilustre profesor universitario Spencer Kagan, de forma que los alumnos –divididos por lo general en grupos de cuatro– aportan cada uno su saber hacer a un determinado proyecto o actividad para conseguir el objetivo final de la asignatura. De acuerdo a este método, los exámenes tienen un peso mínimo en la calificación del alumno, y tan solo representan “un máximo del 30% de la nota final”, detallan desde el colegio. Por el contrario, el trabajo en equipo, la actitud en el aula, el desarrollo de proyectos y la exposición frente a la clase suponen la parte más importante de la evaluación.

“En el colegio, estamos disminuyendo la cantidad de deberes. Queremos que trabajen en el aula y que lo que tengan que hacer en casa sea visualizar algún vídeo (flipped classroom) o preparar algún texto… El objetivo final es que los alumnos sean los constructores de su propio aprendizaje y eso les permite adquirir competencias clave del siglo XXI. Esta forma de trabajo favorece su implicación y autonomía en el aprendizaje”, subraya Cendegui, quien explica que esta metodología de vanguardia camina en el centro de la mano de las nuevas tecnologías, protagonistas también de un aprendizaje basado en la resolución de problemas y retos.

De esta forma, los libros de texto desaparecen del programa docente en segundo y quinto de primaria, y en segundo de secundaria, cursos piloto en los que los alumnos desarrollan sus competencias de la mano de las TIC, utilizando para ello el soporte del iPad. A través de las distintas plataformas educativas se les permite, además, enlazar desde casa al colegio, y viceversa, cuidando ese ‘feedback’ entre las partes que fomenta el aprendizaje cooperativo.

Proyecto KIVA: contra el acoso escolar

El desarrollo personal del alumnado comienza en el centro a los dos años, trabajando las emociones en el aula por medio de diferentes juegos; en Primaria, se fomenta la propia mediación de los alumnos en los conflictos; y el desarrollo de esa “personalidad sana” finaliza en Secundaria y Bachillerato, con la autogestión y regulación de sus propias conductas apoyados por los profesores.

Para ello, el Colegio Británico de Aragón se halla inmerso en la implantación del programa KIVA, desarrollado por la Universidad de Finlandia para prevenir el acoso escolar. Un equipo de profesores del departamento de Orientación del colegio se encarga de coordinar este proyecto, cuyo objetivo fundamental es lograr un “colegio amigable y tranquilo, donde no se permita ningún tipo de acoso”. En este sentido, una premisa fundamental es convertir en protagonistas a los alumnos y que sean ellos mismos, desde Primaria, los que identifiquen y comuniquen de manera rápida y efectiva cualquier incidencia que pueda darse en el centro. “Por medio de este proyecto se busca que todos los compañeros paralicen cualquier acción negativa que pueda darse; y para ello se ha dado formación a alumnos, familias y profesores”, detalla el director del colegio, quien destaca la buena acogida que ha tenido este proyecto.