Segunda entrega: carteles de las décadas de 1910, 1920 y 1930

HERALDO ofrece la segunda entrega de tarjetas ilustradas con los carteles más representativos de las Fiestas del Pilar para completar la colección de 27 postales.

Cartel animado Fiestas del Pilar de 1926



HERALDO entrega hoy tres postales ilustradas con los carteles de 1913, 1926 y 1931, para homenajear la historia festiva de Zaragoza a través de las imágenes que se reflejan en estas obras. Los carteles de 1910 tienen un estilo más sobrio por la crisis económica y refleja el despunte de la pintura regionalista. En 1920, la mayoría de las obras están protagonizados por personas ataviadas con el traje típico aragonés, mientras que a partir de 1930 comienza la renovación iconográfica y estética de los carteles.


1913: Unas fiestas de bajo presupuesto

Las fiestas del Pilar de 1913 estuvieron cerca de no tener cartel por bajo presupuesto. Rafael Aguado presentó un boceto que, aunque no se aceptó, motivó la convocatoria del concurso al que se presentaron cinco trabajos. El ganador fue ‘Zaragoza', una creación simbólica de Aguado. Está dividido en dos partes: la superior que representa la personalización de Zaragoza en una mujer joven acompañada de Hermes o Mercurio, dios del comercio; y en la parte inferior, aparece un extracto del programa, donde destacan el festival artístico y apologético de la jota, y las corridas de toros. Se caracteriza por el tratamiento de los colores, una innovación artística de estos carteles, y por el tratamiento monumental de las figuras.


1926: La jota aparece por primera vez en un cartel 

‘A orillas del Ebro', de Francisco Cidón, fue el cartel ganador de 1926, que rompió moldes porque, hasta entonces, el tema del baile de la jota no se había empleado en los carteles. Cidón representa a una pareja de aragoneses bailando la jota, junto a los guitarristas y la frecuente silueta del Pilar. A partir de entonces, la iconografía del traje regional cobra importancia y comienza a aparecer en la mayoría de carteles. La apuesta de Cidón, con una clara tendencia decorativa, gustó y contó con una buena acogida en la prensa de la época. El concurso para su elección se convocó muy pronto, en febrero, y se aumentó el dinero del premio a 1.000 pesetas. A pesar de lo elevado del galardón solo se presentaron 15 creaciones.


1931: Récord de participación en el concurso

Debido a los problemas del año anterior para encontrar un cartel ganador, el Ayuntamiento elevó la suma del primer premio a 3.500 pesetas. Esto propició que se recibieran 45 bocetos, batiendo el récord de participación de todos los tiempos. El ganador fue Enrique Montón con su 'Día grande', donde ofrece diversidad de ideas pero bajo una gran síntesis visual que deriva del sentido publicitario de la obra: sobre una hoja de calendario con el día 12 de octubre, aparece una maqueta del templo del Pilar. En la parte superior, una campana y una paloma remarcan el sentido festivo. La tipografía de la leyenda 'Zaragoza 1931' es una de las novedades que aporta el enfoque publicitario a las obras.


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