Atracones de algodón y adrenalina

Son poco más de las diez de la noche en Valdespartera. Carmen Lázaro enfila la salida de las ferias con su particular botín junto a su hija mayor Tamara, la pequeña Andrea y dos sobrinos. "Hemos tenido suerte, con 4 tablas que nos han costado 5 euros llevamos una paletilla, pan, vino y chorizo. No serán de una gran calidad, pero a caballo regalado...", sonríe mientras hace cuentas. En tres horas y media ha gastado unos 70 euros en atracciones y sorteos y lleva en la cartera las cinco entradas para ir hoy al circo, otros 100 euros, en números redondos.


La ilusión de los más pequeños nadie osa truncarla, aunque padres y abuelos se rasquen algo menos el bolsillo. Los jóvenes sucumben a la tentación de darse un atracón de adrenalina. Este Pilar arrasan el 'Gigant XXL' (5 euros, la más cara), un artilugio mecánico de 60 metros de altura que da vueltas como las aspas de un molino y pone el corazón a más de 100 por hora, y la 'Uve' (3 euros) que alcanza los 33 metros.


Y eso que a la crisis también le va la feria. Algunos bares y puestos de comidas lucen carteles de precios anti crisis. En la barra el bocadillo con cerveza o refresco sale por 4 ó 5 euros, depende de la pitanza que uno prefiera entre el pan. "Esto está muy flojo, el año pasado después de la Expo ya notamos un descenso de clientes y de momento no nos recuperamos, vamos sobreviviendo", se queja Antonio, del Mesón Bar La Fortuna.


En las tómbolas y barracas de tiro están de oferta. Lo sabe bien Miguel Rodríguez, un malagueño que ha mamado lo de ser feriante desde la infancia y lleva tres décadas 'toreando' en la plaza de Zaragoza. Aunque su tómbola 'Caprichos' es de las más animadas, calcula que la caja ha bajado entre un 20% y un 30%. "La tónica general es que la gente está más retraída a la hora de gastar, y es lógico", reconoce. Para él la temporada termina en la capital aragonesa y cruza los dedos porque se trata de un negocio familiar que lleva con sus dos hijos y el chófer del tráiler.

 

Los clásicos de siempre

A las 16.00 ya empiezan a levantar la persiana algunos puestos. Una hora y media más tarde bulle la actividad. Un día cualquiera hay que esperar a que se enciendan las guirnaldas de bombillas para sumergirse con ganas. El cierre, más allá de las seis de la mañana. El público es el que manda.


En la entrada al recinto un simulador invita a vivir "cada día una nueva aventura" de la mano de varias películas. Pero aún así, a los más pequeños se les van los ojos detrás de los carruseles, el 'Tren chispita', la 'Mansión del terror' y las barcas. La mayoría vienen a costar entre 2,5 y 3 euros. Magalí Gasca, de 6 años, y su hermano Eduardo, de 4, están encantados con los ponis, y solo esperan que después de "dar tantas vueltas" tengan su merecido descanso.


A Eduardo Almazán le cuesta sacar a su hijo de 7 años del 'Star wars'. "Los precios son caros para los tiempos que corren, pero hay que venir por ellos por lo menos una tarde", asegura. Propone que, al igual que se hace en el Parque de Atracciones, se implante algún tipo de pulsera que permita a los chavales subirse a todo lo que quieran. En el 'Scalextric Yosune' (2,5 euros) seis peques disfrutan de lo lindo montados en un coche de Bart Simpson y otro de bomberos. El viaje se prolonga exactamente tres minutos de reloj antes de que suene la campana. "Hay algunas atracciones que duran bastante, pero otras son muy cortas para lo que se paga", se lamenta Pilar Marco, que ha acudido con sus dos nietos.


La crisis no ha pasado factura al número de atracciones, 152, igual que el año pasado. El presidente de la Coordinadora de las Ferias del Pilar, Javier Molina, asegura que los precios se han congelado. Los responsables de Dulces Hermanos Ruiz ponen como ejemplo que el algodón de azúcar sigue costando 3 euros (4 con bolsa) y la manzana caramelizada 2,5.


La novedad es la montaña rusa 'La Selva Encantada' (3,5 euros). Apta para mayores de 5 años, contiene un recorrido de algo más de un kilómetro, 800 metros por aire y 300 metros por agua. El número de aparcamientos ha aumentado. El Ayuntamiento ha acondicionado 1.800 nuevos, que vienen a sumarse a los 3.500 existentes.


El cierzo también les está jugando una mala pasada. Cuando sopla, la afluencia baja. Con viento o sin él, las ferias se quedan en Valdespartera hasta el 25 de octubre. El miércoles 21 todo será más barato, a 1,50 euros. Cada día habrá una actividad de animación para despedirse con fuegos artificiales.