Comercios en Zaragoza

Hasta 23 locales tienen la persiana bajada en Fernando el Católico y Gran Vía

El bulevar, uno de los principales ejes de la ciudad, no es inmune a la coyuntura económica. Muchos comerciantes achacan esta situación a las obras del tranvía.

Un gran local vacío en la intersección de Fernando el Católico con Goya
Un gran local vacío en la intersección de Fernando el Católico con Goya
A. M. B.

No hay tregua. El bulevar de Fernando el Católico y Gran Vía, uno de los principales ejes de la ciudad, tampoco se salva de la delicada situación económica. A la crisis, según explican los comerciantes de la zona, deben sumarse las obras del tranvía y de la nueva estación de Cercanías, que siguen condicionando la movilidad en el céntrico paseo al impedir el tránsito natural de vehículos desde el paseo de la Independencia y de peatones en el entorno de Goya.


En total, en el tramo comprendido entre las plazas de Carlos V y Paraíso, hasta 23 locales están cerrados a cal y canto a la espera de que un emprendedor se anime a comenzar un nuevo negocio. Una radiografía inusual de dos calles donde, hasta hace no mucho, los negocios se traspasaban con celeridad. Ahora, algunos espacios privilegiados por su gran tamaño y estratégica ubicación muestran el cartel de 'se traspasa' sin suscitar interés alguno.


El momento parece ser complicado para todos los sectores, pues han cesado su actividad todo tipo de establecimientos: tiendas de ropa, bares y hasta un salón de juegos. Algunos de estos negocios gozaban de gran solera y tradición, como bolsos Tello, que bajó las persianas de forma definitiva hace apenas dos semanas.


Otras tiendas podrían seguir pronto el mismo camino. En plena Gran Vía, María Jesús retira a diario las piedras y el polvo acumulado frente a Cucos, la tienda de ropa infantil que regenta. Su ubicación ha resultado especialmente mala, ya que aún sigue afectada por la intervención urbanística del entorno de la estación de Goya.


"Desde el 18 de agosto de 2009, cuando pusieron las vallas, hemos notado un descenso en las ventas de entre un 70 y un 80%", afirma María Jesús con rotundidad."A todas las tiendas de la zona nos ha afectado el tranvía. Las obras han obligado a los peatones y al tráfico a evitar los comercios. Además, la zona está mal iluminada y en cuanto se hace de noche la gente pasa de largo de esta zona".


"Estamos sufriendo una doble crisis: la económica y la que nos han provocado las obras", se lamenta. "En condiciones normales lo natural sería que necesitara un ayudante, pero llevo dos años que cada vez entran menos clientes. Estoy poniendo dinero cada mes y al final acabaré cerrando. De hecho, hay clientes que hasta se sorprenden de que la tienda siga abierta", esgrime.


También la suciedad de las obras le provoca un gran malestar: "Estoy constantemente escobando el polvo que me entra en la tienda, y tengo que tener la ropita de exposición envuelta en plástico. ¿Esta es forma de tener un escaparate?", se pregunta.


"La Gran Vía está muerta"


Una tesis parecida a la de María Jesús sostienen en la tienda de muebles Contemp, junto a la facultad de Económicas. Su propietaria señala que "es el peor momento" desde que se instalara el establecimiento allá por 1990.


Esta empresaria lo tiene muy claro: "la Gran Vía está muerta, cada vez pasa menos gente por delante de la tienda". "Ni siquiera en una tarde tan buena como hoy", finaliza.


Reajuste de los alquileres


Tampoco el reajuste de los precios de alquiler parece animar a la apertura de nuevos negocios. Antes de la ejecución de las obras de la primera fase del tranvía, el precio por metro cuadrado podía superar los 35 euros, pagando hasta 1.800 euros al mes por un local de 50 metros. Desde entonces, se han producido rebajas en los arrendamientos de hasta un 55%. Ni con esas.