"¿Bomberos? ¡Socorro, no puedo quitarme el anillo!"

El servicio de Bomberos de Zaragoza recibe cada semana llamadas de auxilio para rescatar gatos, cortar metales o abrir puertas.

Perros atascados en alcantarillas y animales que se caen al Canal Imperial son algunos de los servicios que realiza el Cuerpo de Bomberos.
Perros atascados en alcantarillas y animales que se caen al Canal Imperial son algunos de los servicios que realiza el Cuerpo de Bomberos.
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“Buenas tardes, ¿Bomberos?, mi gato está en el tejado de la vecina y no puedo cogerlo”. Esta es una llamada habitual en el día a día de los Bomberos e Zaragoza.


Mientras los servicios por accidentes de vehículos van a menos debido a los numerosos controles que se llevan a cabo, todas las semanas reciben una serie de llamadas que ellos mismos catalogan en el "capítulo animales" y "capítulo personas".


“Hola, tengo abejas en casa y no sé qué hacer”, es una de las demandas habituales que reciben con la llegada de la primavera. En invierno las abejas se mantienen escondidas fabricando miel, pero con el calor se activan y salen para encontrar comida, y pueden crear un enjambre en pequeños agujeros como puede ser el rincón del salón de una casa: “La gente ante eso no sabe qué hacer y nos llama a nosotros, muchos creen que solo son abejas pero en realidad pueden tener kilos de miel acumulados en el salón”, cuenta el jefe de sala.


Los animales dan mucho de sí. Un buitre puede perturbar una tranquila tarde requiriendo la asistencia de un par de bomberos al rescate. “Unos compañeros tuvieron que ir hasta Santa Isabel para coger a un buitre con una pata rota en lo alto de un árbol, tuvieron que desinfectarse enteros porque terminaron llenos de pulgas. Hubo que desinfectar la ropa, el camión, absolutamente todo lo que tocaron”, recuerda José Lasobras.


Perros atascados en alcantarillas, animales que se caen al Canal Imperial, iguanas que se escapan de sus terrarios y gatos, los grandes protagonistas: “Historias con gatos tenemos millones”. Algunos felinos se toman la libertad de salir de casa a dar un paseo, pero con la oscuridad de la noche se desorientan y no consiguen regresar. “Hay quien nos llama para que vayamos a buscar al gato en mitad de la noche, pero tienen que entender que no podemos mandar a un efectivo para saltar de tejado en tejado”, afirma.


Si algo destacan de los gatos es la sensibilidad que provocan entre los ciudadanos. No acudir a bajar un gato de un árbol puede generar casi una manifestación ciudadana: “Una vez nos llamaron porque había un gato en un árbol que no podía bajar. Muchas veces llegamos hasta el lugar y al instante bajan solos, así que damos algo de tiempo. Al poco rato recibimos la llamada de la Policía porque había muchísimas personas alrededor del árbol preocupadas por el gato”, resalta como anécdota el jefe de sala.


Las cigüeñas, aves inocentes que se dedican a crear sus nidos en los campanarios, pueden provocar verdaderos quebraderos de cabeza entre los Bomberos de Zaragoza, puesto que pueden llegar a construir nidos de más de 600 y 700 kilos: “Esas aves arrastran de todo y con el peso de los nidos producen daños en las torres de las iglesias, así que tenemos que ir a quitarlos y la verdad es que no resulta tan fácil”, especifica Lasobras.


“Tengo una nave de 800 metros y he visto una culebra, venid a buscarla”. Este es otra de los avisos nocturnos habituales. “Lo que algunos no entienden es que no podemos invertir toda una noche en buscar una culebra que no está localizada. Puede haber un incendio y que nosotros estemos ocupados en este tipo de cosas”.Los niños y sus travesuras

Los niños podrían llenar un libro entero con su historial con los bomberos. Muchos se encierran en el baño como travesura, otros por descuido y luego están los que juegan a ponerse objetos pequeños por el cuerpo: “Un niño se puso una rosca metálica de un centímetro de ancha en el dedo, al girarla para sacarla le podíamos dañar, así que tuvimos que usar una fresa pequeñita para cortar la rosca”, recuerda José. Aunque también hay adultos que llaman porque no se pueden quitar un anillo.


Los más pequeños no ven peligro en nada, así que meter la cabeza entre los barrotes de un balcón les puede resultar un pasatiempo que posteriormente necesitará la intervención de los bomberos para cortar o ensanchar los barrotes. “Los niños hacen muchas de las suyas que luego requieren nuestros servicios".


Las personas mayores son también un cliente muy habitual en este servicio. Algunos tienen problemas de movilidad o de audición y ponen en alerta a vecinos o familiares que llevan varios días sin saber de ellos: “Se caen en casa y pasan días hasta que alguien los echa en falta, otros no cogen el teléfono por problemas de oído y asustan a los familiares que viven fuera”. En estos casos, los Bomberos se acerca hasta el lugar para comprobar que todo está en orden u ofrecer asistencia a quienes lo necesiten.


Hay ciertos servicios ofrecidos por los Bomberos de Zaragoza que no son de su competencia, pero entienden que son un servicio público y que puede ayudar a muchos ciudadanos. "A veces nos llaman para que vayamos a bajar de casa a personas mayores que van en silla de ruedas. No es nuestra labor, pero entendemos que no tienen otros medios y concretamos cuándo y cómo ayudarles", explica José Lasobras.

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