Los barrios siguen a la espera de la constitución de las juntas vecinales y de distrito, pero algunas de sus reivindicaciones se mantienen. Es el caso de los vecinos del barrio de Miralbueno y la problemática de las casas colindantes con el salón de actos de la antigua ermita, en el Camino del Pilón, nº110, cuestión que volverán a poner encima de la mesa tan pronto como se constituyan los nuevos órganos de representación.

"Vamos a peor, ya hemos sido noticia recientemente por el incendio en unos solares", lamenta el presidente de la Asociación de Vecinos San Lamberto de Miralbueno, Ricardo Berenguer, quien incide en que con el verano el problema de las casas de la ermita se agrava. "Sigue abandonado y sigue entrando gente, pero ahora hay más olores, más suciedad y cualquier día eso prenderá", lamenta el representante vecinal.

Ante la entrada de extraños a la zona, el Ayuntamiento de Zaragoza optó tiempo atrás por tapiar una de las puertas, algo que no consideran una solución ya que "hay más puertas, además de que la valla es muy baja y se siguen colando", comenta Berenguer, quien subraya que, además de las humedades y problemas que está generando en el propio edificio de la ermita, "al lado hay negocios y eso está lleno de suciedad".

Tan pronto como se constituya el nuevo órgano de representación se volverá a plantear este problema, especialmente espinoso para los vecinos más después de que la pasada legislatura, tras mucho tiempo insistiendo en esta reivindicación se lograra definir un proyecto de demolición, presupuestado en 70.000 euros, que finalmente no se llevó a cabo.

El complejo de construcciones adosadas a la ermita, de unos 800 metros cuadrados, en la actualidad es de propiedad municipal y según el Plan General de Ordenación Urbana está calificado como zona verde. Desde la asociación de vecinos entienden que "no sea el momento de hacer grandes inversiones, pero pedimos que lo derriben y lo saneen". Así, llevan tiempo reclamando la demolición de la construcción y, con muy poca inversión, "si pueden dejar algún árbol y colocar unos bancos la zona quedaría muy maja para los críos y los mayores por muy poco dinero", sostiene Berenguer.