"La inversión en La Jota y en el barrio de Jesús ha sido nula"

Demandan equipamientos deportivos porque el polideportivo de La Jota "está desbordado".

Centro Deportivo Municipal de La Jota
Centro Deportivo Municipal de La Jota
ASIER ALCORTA

"La inversión en nuestros dos barrios ha sido nula o anecdótica". Así resumen las entidades vecinales de los barrios de Jesús y La Jota el balance que hacen de esta legislatura que llega a su fin. "Entendemos que sí se ha apostado en otras partes de la ciudad y aquí no ha habido ninguna inversión más que para tapar agujeros que eran necesarios, obras muy menores", lamenta el presidente de la asociación de vecinos del barrio de Jesús, Raúl Gascón.


Esta fue una de las reflexiones planteadas en el reciente encuentro con representantes de distintos partidos políticos con vecinos de estos barrios, en el que se volvieron a poner de manifiesto algunas carencias reiteradamente demandadas desde el movimiento vecinal, especialmente en lo relativo a grandes infraestructuras.


Entre estas demandas, la necesidad de más equipamientos deportivos. "Las piscinas de La Jota son pequeñas y hay que hacer una ampliación de la que hay proyecto, pero no se ha acometido; y el pabellón de deportes está desbordado por toda la oferta que se está realizando", apunta Gascón.


Así, se demanda para el barrio de Jesús al menos la habilitación de un potrero como "espacio inicial" ante la falta de equipamientos para la práctica deportiva en esta zona. "Tenemos tres colegios públicos que tienen que hacer la actividades en los patios, llevamos años y años reclamando que se acometan estos equipamientos, y aquí seguimos", lamenta Gascón, quien apunta además que en el barrio hay dos solares vacíos destinados a equipamientos deportivos en el Plan General de Ordenación Urbana, uno al lado de Marqués de la Cadena y el CEIP Marie Curie, y otro delante del centro de La Azucarera.Casa Solans


Por otro lado, desde el barrio de Jesús siguen reivindicando la Casa Solans "para el barrio", en lugar de sus usos actuales como sede de la Oficina de la Década del Agua de las Naciones Unidas, que este 2015 termina el mandato desde la ciudad de Zaragoza merced al convenio firmado en su día con el Ayuntamiento de Zaragoza, el Gobierno de Aragón y el Gobierno Central.


"Entendemos que se está ocupando una casa de gran interés que tiene que ser símbolo de la ciudad y ahora no es visitable; además, la visibilidad que ha tenido para Zaragoza ha sido nula".