Aumenta la cifra de jubilados y mayores de 40 años que buscan piso para compartir en Zaragoza

Reducir gastos del hogar o la soledad son los principales motivos que llevan a elegir esta opción.

Compartir piso siempre ha sido una opción para los estudiantes, quizás por ser la más asequible para el bolsillo. Pero, en los últimos años y debido a la crisis económica la tendencia está cambiando. Cada vez más personas mayores de 40 años y jubilados se apuntan a la fórmula de dividir los gastos en un piso compartido. En Zaragoza el 3% de jubilados comparte piso y la demanda de mayores de 40 que busca compartir piso en la capital aragonesa ha aumentado un 15% con respecto a 2014, según un informe del portal inmobiliario EasyPiso.


“Se alquila una habitación por 150 euros, solo a chicas. Vivo sola. Va a estar como en casa”, reza un anuncio en Milanucios.com. Yolanda tiene 49 años y decidió publicar esta información hace unos días. “Estoy en el paro y cobro una pensión por viudedad de 400 euros. Me vendría muy bien una ayuda con los gastos de la casa”, explica Yolanda. “Conozco a varias personas de más de 40 años que, como yo, han tenido que recurrir a alquilar alguna habitación para hacer frente a los gastos”, asegura.


Así, la crisis económica se perfila como la principal causa que 'obliga' a compartir hogar. Pero no es la única. Según el portal EasyPiso, Zaragoza es la ciudad donde más ha aumentado el precio de alquiler de una habitación. En 2015 cuesta de media 251 euros, 21 más que durante el mismo periodo del 2014. 


Además, en portales inmobiliarios de pisos compartidos en Zaragoza abundan los anuncios que como el de Carlos advierten: "Busco persona trabajadora formal o jubilado" para alquilar una habitación. "Los jubilados son buenos pagadores, formales y tranquilos. No quiero jóvenes, son muy desorganizados", destaca. Carlos cuenta que ya ha tenido varios inquilinos con los que ha compartido piso en los últimos años que sobrepasaban los 65 años. 


La temida soledad es otra de las razones que lleva a jubilados y personas mayores a entrar en este mercado. Irene, una estudiante que vivía en la calle Benjamín Jarnés de Zaragoza, cuenta que una vecina "de unos 60 años" le propuso compartir piso porque "se sentía sola y, también, por compartir gastos". "Cuando le conté a mi madre la propuesta de esta mujer me sorprendió su reacción. Me dijo que era una buena idea, que me cuidaría muy bien", detalla esta joven estudiante de 22 años. "Lo pensé, pero al final decidí quedarme con mi compañera de piso", concluye.  

"Me sentía muy sola"

En Zaragoza, existe el programa 'Vivir y Compartir' dedicado a fomentar la convivencia entre generaciones. El plan nace para dar respuesta a dos necesidades: "la soledad que viven nuestro mayores y la dificultad de acceso a un piso de muchos estudiantes, sobre todo, por temas económicos", explica Claudia, coordinadora del proyecto 'Vivir y Compartir', en el que colaboran Ibercaja y la Fundación Rey Ardid.


En 2014, participaron en el programa 24 parejas: 12 ancianos, mayores de 65 años y válidos, y 12 estudiantes, mayores de 18 años y menores de 30. 


Laura y Esther forman un tándem perfecto. La convivencia entre ellas es "estupendas". Laura, estudiante de Trabajo Social en la Universidad de Zaragoza, tenía claro que quería vivir la experiencia de compartir piso con una persona mayor. "Sé que puedo aprender mucho más conviviendo con Esther. Las personas mayores son las que de verdad nos enseñan valores y lección de vida", recalca la estudiante. Los motivos económicos también están detrás de la elección de Laura: "En total pago 80 euros, mientras que si estuviera en un piso de alquiler pagaría 250 o más".  


Por su parte, Esther, de 74 años, está "encantada" con Laura. Su miedo a la soledad la llevó a ella y a su familia a tomar esta opción. "Mi marido padece alzhéimer y tuvimos que ingresarlo en una residencia. Me sentía muy sola, sobre todo por las noches, que se me hacían muy duras", cuenta Esther, que hace cuatro años fue operada de un tumor cerebral.


"Ahora me siento más segura, ya no tengo miedo", señala Esther: "He tenido mucha suerte con Laura. Es una chica estupenda y muy agradable", concluye. 


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