Torrevillage requerirá 50 millones de inversión y espera abrir en otoño de 2017

El centro comercial ‘outlet’ que se levantará en Pikolin tendrá unos 100 negocios de ropa.

pikolín
Vista aérea del polígono.
Heraldo.es

El paseo comercial que ocupará las actuales instalaciones de Pikolin en la carretera de Logroño requerirá una inversión total de más de 50 millones de euros. Torrevillage -así se llamará, inspirado en la torre que preside las instalaciones- podría estar inaugurado en otoño de 2017, si se cumplen las previsiones que maneja Iberebro, sociedad patrimonial de la familia Soláns que impulsa el proyecto. En total, se instalarán junto a la carretera de Logroño alrededor de un centenar de firmas de moda, además de espacios de restauración.


Como adelantó este martes HERALDO DE ARAGÓN, la fábrica de Pikolin se convertirá en un ‘village’, un conjunto de calles peatonales ocupadas por marcas de moda. La actividad productiva de la empresa se trasladará a Plaza a finales de 2016, y en otoño de 2017 podrían estar listas las obras para dar una segunda vida a esta enorme parcela industrial de casi 200.000 metros cuadrados. Esta reconversión comercial ya la ha iniciado la multinacional de productos del hogar Bauhaus, que abrirá en los próximos meses.


El resto del espacio estará ocupado por Torrevillage, que como los ‘village’ que se han instalado por grandes ciudades europeas reunirá tiendas ‘outlet’ de marcas de ropa. Es decir, que se venderán prendas de temporadas anteriores con descuentos de entre el 30% y el 70%. Este concepto de tienda ocupará alrededor de tres cuartas partes del espacio comercial junto a la carretera de Logroño. El otro 25% o 30% reunirá a firmas de moda de bajos precios algo más habituales en otros centros de compras.


En total, el nuevo espacio comercial junto a la carretera de Logroño tendrá 63.000 metros cuadrados, aunque el ‘village’ ocupará algo menos de la mitad. El resto se lo reparten Bauhaus y el área de restauración, principalmente. El espacio de bares y restaurantes se acomodará en las actuales oficinas de Pikolin, ubicadas en la estructura de hormigón que se levanta a los pies de la emblemática torre. Estas edificaciones se reconvertirán, creando una plaza central y espacios exteriores para instalar terrazas.


Toda la zona central de naves se derruirá y quedará reservada para aparcamientos, con 2.000 plazas previstas. En el extremo norte se construirá el ‘village’, las calles peatonales. Si en Las Rozas Village (Madrid) y en La Roca Village (Barcelona) estos viales se han construido recreando casas bajas, en Torrevillage tendrán un marcado aire industrial, que recuerde su pasado como fábrica.


Los locales, a la espera del proyecto definitivo, tendrán dimensiones de entre 50 metros cuadrados y más de 1.500, si se da con los operadores adecuados. En el caso de La Roca Village, en cambio, optó por más tiendas de tamaño más pequeño. El proyecto de Zaragoza no estará tan volcado como los otros dos hacia las marcas de lujo, sino que el objetivo es reunir firmas de moda de un buen nivel a precios mucho más asequibles de lo normal. No obstante, también habrá espacios reservados para tiendas efímeras de marcas de alto nivel, que puedan suponer un reclamo para los consumidores durante un periodo de tiempo determinado.


Los promotores de esta iniciativa confían en complementar de esta manera la oferta comercial de Zaragoza, y captar la fuga de negocio que se va a centros de este tipo de España y, sobre todo, los que compran este tipo de productos ‘outlet’ a través de internet. Juan Buil, de la empresa Motio -que ha realizado un estudio de mercado para Iberebro-, cree que el ‘village’ "no compite con el pequeño comercio".


Además, esta compañía ha analizado la experiencia de unos 9.000 zaragozanos que han acudido a los centros de Madrid y Barcelona, que da unos niveles muy altos de satisfacción. "El 93% dice que no va más porque están muy lejos", señala.