Esta facultad es una ruina

Los estudiantes vuelven a reclamar a la DGA la reforma del edificio, tras la caída de un falso techo y un protector fluorescente en dos días.

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza
Esta facultad es una ruina
Heraldo

Una década. Este es el tiempo que los estudiantes y el personal de la Facultad de Filosofía y Letras llevan esperando que se lleve a cabo la ansiada reforma del edificio, en especial, del pabellón de Filología, “que es el que se encuentra en peor estado”. Así lo señalan diferentes colectivos estudiantiles, e incluso, los representantes de la institución.


La caída de un falso techo en ese pabellón y del protector de un fluorescente en un aula del edificio principal han vuelto a poner en la palestra las deficiencias de este edificio de casi 75 años de antigüedad. “Por suerte, nunca ha habido ningún herido, pero algún día cuando pase algo grave, el Gobierno de Aragón se lamentará por no haber ejecutado la reforma que lleva tanto tiempo planteada”, señala José Antonio Gadea, miembro del colectivo Estudiantes en Defensa de la Universidad (e.d.u).


Una opinión que mantienen casi todos los estudiantes y es que desde principios del siglo XXI se llevan produciendo goteras en varios espacios del edificio y hace casi una década que se aprobó el proyecto de reforma. Además, han sido innumerables las ocasiones en las que la consejería de Educación se ha pronunciando, asegurando que la reforma es un asunto prioritario. De hecho, los últimos contactos se produjeron el pasado año, sin embargo, finalmente se paralizaron las negociaciones.


“La reforma debía producirse en 2009, según el plan de infraestructuras de la Universidad de Zaragoza 2006-2012, no obstante, finalmente no se ejecutó por los recortes presupuestarios”, recuerda Joaquín Royo, adjunto al rector para infraestructuras de la Universidad de Zaragoza. De los 135 millones de euros que tenía este plan, solamente se ejecutaron 70, debido a las restricciones que hubo en 2009 por la crisis económica.


Estos retrasos han provocado que el estado de la facultad vaya deteriorándose poco a poco. Hace unos cinco años comenzaron a caerse los primeros trozos de techo por las goteras. “El decanato lo arregla, pero en cuanto vuelve a llover con fuerza y durante varios días, se cae otro trozo”, señala Laura Peiró, miembro del colectivo Representación Estudiantil de Filosofía y Letras (ReFyL). Prueba de ello son los desperfectos sufridos durante las últimas 48 horas y que casi la mitad de la sala de estudios esté acordonada por el riesgo a que haya nuevos derrumbes.


Las zonas más afectadas son esta conocida sala del pabellón de Filología, lugar en el que se han producido la mayoría de los desprendimientos, y el cuarto piso, “donde también hay humedades y goteras que afectan a los despachos de los profesores”. Una problemática que también se traslada a los sótanos, puesto que hay filtraciones en las paredes de algunos de ellos, “aunque ya no se registran casos de pequeñas inundaciones como hubo cuatro años atrás”. “Entre los pequeños 'apaños' que se han ido realizando está la ubicación de una válvula para evitar que se llenen de agua”, subraya Royo.


En 2011, los estudiantes impulsaron varias movilizaciones para mostrar su descontento ante las políticas de la DGA por no llevar a cabo las obras pactadas. En esos momentos, a las inundaciones de los sótanos se les añadía la caída de un techo encima de sillas que hacía escasos minutos habían estado ocupadas por estudiantes, y plagas de cucarachas y hormigas en los subterráneos.

Los techos, solo uno de los múltiples problemas

No obstante, estas no son las únicas deficiencias que se siguen observando día tras día en la facultad. “Otro de los problemas que tiene es la calefacción”, señala Peiró. De este modo, a pesar de que esté funcionando “a todo gas”, no consigue calentar las aulas del cuarto piso, mientras que en la planta calle “hace un calor insoportable”. “Una deficiencia de construcción que no se puede subsanar con reformas”, puntualiza.


Las persianas también se han convertido en una pesadilla tanto para alumnos como para profesores. “Que la gran mayoría de las persianas no se puedan subir ni bajar lleva ocurriendo desde hace varios años, pero ahora se están empezando a romper, de hecho, hace escasa una semana un profesor mío se quedó con la cuerda en la mano”, ejemplifica. “El estado de las ventanas también es muy deficiente y, debido a su antigüedad, muchas veces es complicado arreglarlas”, puntualiza Royo. Por no hablar de trozos de paredes que se desprenden, la falta de enchufes y el estado de los baños.

Concentración por la reforma 

Debido a los incidentes ocurridos estos días, los diferentes colectivos de estudiantes se reunieron con el decano de la facultad, Eliseo Serrano, para expresarle su indignación ante estos problemas. “El decano está de acuerdo con nosotros, por ello, se ha convocado una concentración en la puerta principal, para pedir la reforma integral del edificio”, señala Peiró. El acto tendrá lugar el próximo jueves de 12.25 a 12.35, “de este modo, se produce en medio de un intercambio de clases y es más probable que tanto profesores como alumnos puedan acudir”.


Por su parte, desde el departamento de Educación del Gobierno de Aragón señalan que se está intentando avanzar en esa línea, pero que actualmente existen las limitaciones presupuestarias. Asimismo recuerdan que este año se ha aumentado en 1,5 millones de euros el dinero destinado a la Universidad de Zaragoza, haciendo un total de 153 millones.


La DGA puntualiza que durante esta legislatura se han entregado 12 millones de euros para infraestructuras. Sin embargo, Royo recuerda que en 2014 la partida dedicada a infraestructuras estaba dotada por 0 euros y que en los presupuestos de este año había desaparecido.