"No invierto más para que venga otra riada y pase lo mismo"

Mientras se afanan en limpiar, los afectados de La Almozara están a la espera de las valoraciones del Consorcio para pautar su vuelta a la normalidad.

Estado en que han quedado los garajes de los números 48-50 de la avenida de la La Almozara
"No invierto más para que venga otra riada y pase lo mismo"
Laura Uranga

La destrucción y el caos que dejó la riada siguen aún visible en los locales y negocios afectados en el barrio de la Almozara, una de las zonas en las que la furia del Ebro ha dejado más secuelas. Los propietarios, aún entre la rabia y la incomprensión por lo ocurrido, siguen luchando contra el barro y la vorágine que quedó descubierta cuando se retiró el agua.


"Se ha perdido todo", lamenta un desalentado Víctor Garros, de la empresa de materiales de construcción Garros y Olmos, quien se afana en tratar de retirar materiales y escombros de sus dañados almacenes, ahora convertidos en un caos de inodoros, baldosas, muestrarios, palés, uralitas y un sinfín de artículos embarrados. "De momento ya llevo 10 contenedores de escombros por los que tengo que pagar más de 2.000 euros", dice apesadumbrado.


"El primer problema que tengo es ver cómo saco todo esto de aquí", para tratar de recuperar la normalidad cuanto antes. "Mi lucha es intentar abrir, pero no sé qué pasará", dice el propietario del negocio, a la espera de la valoración del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS).


Esta empresa familiar fundada en 1903 y desde hace unos 25 radicada en el barrio, es una de las más afectadas de la ciudad. Se encuentra entre la avenida de la Almozara y la calle Río Guadalope, donde la riada hizo los mayores estragos.Comisión de afectados

En los portales vecinos a esta empresa, el panorama que tienen los vecinos en sus bajos es desolador. En los portales 48 y 50-52 se han arruinado en total 76 plazas de garaje y 51 trasteros. La fuerza del agua fue tan brutal que derribó el doble muro de separación entre los bajos de ambas comunidades, abriendo un gran boquete, y arrastró y deshizo los enseres del interior de los trasteros. "Los que no tiró el agua se han tirado porque se corría el riesgo de derrumbe", comenta Asún, una de las propietarias. "Estamos a la espera de que venga el Consorcio y mirando presupuestos para ver cuánto costaría la reconstrucción, porque esto no es un arreglo, esto es como volver a hacerlo nuevo, y en función de lo que se vaya a tardar a cobrar entonces habrá qué decidir", dice la vecina.


Por el momento, se ha creado una comisión de afectados en el barrio de La Almozara para coordinar cuestiones comunes y temas administrativos, así como para plantear necesidades que puedan surgir. Ante la cantidad de escombros y materiales de desecho que están sacando de los locales, se ha solicitado al Ayuntamiento la colocación de más contenedores. También se solicita la revisión de las cimentaciones de los edificios o la elevación de transformadores, "ya que debido a su ubicación los vecinos se quedaron sin luz, y eso no se puede permitir", comenta Encarna Mihi, de la Asociación de Vecinos Ebro - Almozara, que arropa a esta comisión.Solidaridad en internet

Saliendo del barrio hacia el soto de La Almozara, fincas, viveros y huertos aún muestran el desorden que dejó la inundación en ramajes arrastrados, caminos siniestrados, enseres y barro. "Yo aquí ya no invierto más. Ya me pasó en 2003 y no voy a volver a meter más dinero para que venga otra riada y me vuelva a pasar lo mismo", comenta David Molina, del Club Agility L'Almozara.


Los 10.000 metros cuadrados de sus dos instalaciones de entrenamiento quedaron inundadas, la mobile-home que hace de oficinas y peluquería canina quedó totalmente anegada, las pistas de entrenamiento perdidas, los tres metros que alcanzó el agua desplazó la caravana y se llevó obstáculos del agility. "De momento, hemos mandado la relación de daños a la oficina de afectados y estamos esperando a que nos contesten, pero yo no me puedo permitir el lujo de estar parado", comenta David. Así que este mismo fin de semana espera comenzar a limpiar.


Pese al varapalo, se muestra animado por la avalancha de apoyo moral que está recibiendo. A través de internet se difundieron los daños que han sufrido las instalaciones del club, de unos 80 socios, y están recibiendo donativos de clubes de otros países. "Aunque con lo que se ha perdido no son cantidades significativas, es una ayuda moral, es un gesto muy bonito".Siniestro total

Más desalentada está Susana del Río, de la guardería Centro Canino Aragonés, junto a las instalaciones de agility. En este caso, le han declarado siniestro total su negocio y también su vivienda, una casa de madera junto a la guardería, que ahora tendrá que derribar. "Todos los pagos de toda la vida y que se te vaya todo así... Ahora a empezar de nuevo", comenta entre lágrimas la propietaria, también a la espera de la resolución del Consorcio.


Les dio tiempo a sacar a los 47 perros y los dos ponys que se encontraban en las instalaciones cuando empezó a salirse el Ebro, "pero como no nos avisaron de lo que iba a llegar el problema es que nos dejamos todas nuestras cosas personales. No tengo nada, ni lavadora, ni cama, ni televisión.... nada", lamenta esta emprendedora, que recuerda cómo siguió al minuto, con gran frustración, a través de las cámaras de vigilancia cómo subía el agua dentro de sus instalaciones sin poder hacer nada. Susana ha pedido un permiso especial para poder empezar a limpiar: "Ahora estoy pagando más de lo que cobro por los animales, que los he tenido que llevar a otras instalaciones", dice la afectada, quien pese a todo aún asegura "tener ilusión por volver a levantar esto, por volver a oír los perros".