Roscón y caramelos de San Blas para el mal de garganta

Miles de zaragozanos se acercan a la Iglesia de San Pablo para que les bendigan los alimentos.

La bendición de alimentos por San Blas
Roscón y caramelos de San Blas para el mal de garganta
Laura Uranga

Hace más de 900 años que la festividad de San Blas llegó a la capital aragonesa. Con ella apareció la costumbre de bendecir los alimentos para prevenir los males de garganta. “La tradición se remonta a cuando llegaron los guerreros franceses en la reconquista y se elevó una ermita en honor a San Blas”, señala Trinidad Velilla, perteneciente al área de patrimonio de la iglesia de San Pablo. Aunque el patrono de este edificio es San Blas, está dedicado a San Pablo y lleva su nombre.


Ahora, casi un milenio más tarde, son miles los zaragozanos que no han perdido la costumbre de acercarse hasta esta iglesia para bendecir los alimentos. “Desde hace varios años que padezco problemas de garganta, por ello, vengo para ver si mejoro con un poco con los caramelos bendecidos por San Blas”, explica Ana Pérez. Como ella, muchas son las personas que confían en las habilidades preventivas y curativas del santo. “Puede ayudar en todo tipo de problemas de faringe desde un simple hipo hasta la difteria, que antes era muy común”, recuerda Velilla.


Por ello, tanto en los puestos de la entrada como en la misma iglesia se venden alimentos ya consagrados. “Hay mucha gente que viene con su propia comida o bebida y otros la compran, pero casi siempre la vuelven a bendecir, puesto que cada hora al finalizar la misa se sacralizan todos los alimentos”, asegura Velilla. Cualquier comida es susceptible de ser bendecida porque la finalidad es que pase por el cuello y de este modo pueda llevar a cabo su función preventiva o sanadora.


De hecho, en el momento en el que el párroco termina de oficiar la misa, todos los asistentes se levantan y se ponen alrededor de él para que pueda bendecir sus alimentos. “Vengo desde que era pequeña y mientras pueda seguiré acudiendo a esta cita, de hecho, ahora pido para toda la familia”, señala Charo Sanz. Otra de las opciones para prevenir estos males es un relicario. “Lo que se hace es pasar el dedo del santo por la garganta de la gente”, explica.


Este año también se ofrece la posibilidad de comprar las golas de San Blas. “Es una reproducción de los exvotos que se ofrecían a este santo, están hechos de terracota y solamente hay que llevarlos en el bolso o tenerlos en casa para que mejore la garganta”, apunta Velilla. Aseguran que su acción protectora dura durante todo un año.


Como todas las tradiciones, la bendición de alimentos de San Blas también se ha asentado en las familias y ahora son muchos los hijos o nietos que acuden acompañando a sus antecesores. “Este año no he podido entrar porque vengo con el carrito con mis hijos, pero mi madre sí que está en la iglesia y ha comprado un roscón”, asegura Arancha Ortiz.


“Cada vez hay más gente y se nota cómo la tradición se pasa de padres a hijos, de hecho, si es un día festivo solemos tener muchos problemas de afluencia”, reconoce Velilla. Prueba de ello es que hace dos años tuvo que acudir la Policía para controlar el tránsito de los viandantes y este martes al mediodía ya era necesario tener abiertas las dos puertas de la iglesia para evitar posibles aglomeraciones.


Además, este día se puede contemplar el busto del plata del santo. “La imagen está todo el año expuesta a la veneración el el altar, pero el relicario de plata solo se puede ver el 3 de febrero”, señala Velilla.