Un testigo identifica«sin ninguna duda» al joven acusado de matar a otro junto al Portillo

El presunto asesino, para el que se piden penas de hasta 20 años, reconoció ayer los hechos, pero dijo que no recuerda el ataque porque había estado bebiendo toda la noche

El abogado Javier Notivoli hablaba ayer con el acusado momentos antes de comenzar el juicio.
Un testigo identifica«sin ninguna duda» al joven acusado de matar a otro junto al Portillo
Guillermo Mestre

Un tribunal popular comenzó a juzgar ayer al ecuatoriano Edgar Leonardo Montaño Sánchez por el crimen del Portillo, del que fue víctima el joven Pedro Manuel Cardo Iranzo, de 34 años y natural de la localidad turolense de Muniesa. Los hechos se produjeron el 1 de diciembre de 2013 en la calle de Escoriaza y Fabro de Zaragoza, donde el acusado confundió a un viandante con una de las personas que le acababan de pegar una paliza para robarle el móvil y le asestó una puñalada por la espalda que le atravesó el pulmón.


El presunto homicida, que tiene 27 años y lleva más de diez residiendo en España, se reconoció ayer autor de la mortal cuchillada, por la que la que ahora la fiscalía pide una condena de 18 años de cárcel. La acusación particular, que ejerce el abogado Juan Carlos Macarrón, solicita 20. El joven, al que asiste el letrado Javier Notivoli, se mostró este lunes "muy arrepentido". Y en su defensa alegó que había estado toda la noche celebrando un cumpleaños en una discoteca del paseo de la Independencia y que había bebido tal cantidad de güisqui, tequila y cerveza que ni siquiera recuerda el ataque.


"Recuerdo que cuando me disponía a entrar en casa, dos hombres me empujaron dentro del portal y empezaron a darme golpes", explicó el acusado, al que tras su detención tuvieron que darle varios puntos en la cara. Según este, el alcohol y la excitación del atraco le llevaron a subir a casa "completamente aturdido". De hecho, mantiene que no se acuerda de nada de lo que pasó después, ni siquiera de haber ido a la cocina para coger dos cuchillos. Lo que está claro es que con el de mayor tamaño -20 centímetros de hoja- atacó después a la víctima, puesto que aún lo portaba en la mano cuando fue interceptado por la Policía. Y como demostraron las pruebas de ADN, la sangre era la del joven fallecido.


El que no se ha olvidado de lo sucedido aquella aciaga mañana es el hombre que iba detrás del acusado cuando este apuñaló a Pedro Manuel Cardo. "Eran las 7.15 y yo acompañaba a mi mujer al trabajo. Hacía bastante frío y me extrañó ver a un joven descamisado", recordó al jurado. "Vimos entonces que se acercaba al chico que llevaba delante y le quitaba el auricular que tenía en la oreja. Le dijo que le diera o le devolviera algo, pero el otro le contestó que no llevaba nada y reanudó la marcha", añadió.


Sin embargo, el ahora acusado no se dio por satisfecho, se abalanzó sobre el viandante y le clavó el cuchillo por la espalda. "No tengo ninguna duda de que fue él, porque le dije a mi esposa que llamara a la Policía y yo salí corriendo tras él", indicó este testigo, que fue fundamental para poder localizar y detener al presunto homicida.


Durante la primera sesión del juicio, declaró también el socorrista que atendió a la víctima hasta que llegó la ambulancia. "Cuando yo le asistí estaba ya agonizando, balbuceando sangre", explicó este joven. También comparecieron en la vista varios de los amigos con los que el joven ecuatoriano pasó la noche, quienes explicaron que consumieron más de cinco botellas de güisqui. "Cuando se marchó a casa, sobre las 6.30 estaba muy borracho", manifestó la chica que aquel día celebraba su cumpleaños. La mujer del acusado, que estaba embarazada cuando ocurrieron los hechos, dijo que este "acostumbra a beber bastante, pero no es violento".