La pasarela sobre la desembocadura del Huerva, en la ribera del Ebro, parece más bien una ‘pasarela habitable’. Colchones, alfombras y toallas cubren los espacios inferiores de ambos laterales a modo de habitáculos, donde algunos sintecho pernoctan de un tiempo a esta parte.

“Llevan ahí muchísimo tiempo –comenta Manuel, un jubilado que frecuenta la zona-. Son los tiempos que corren, pero es una pena ver que la gente viva así, aunque también es verdad que habría que escuchar a todas las partes”. La pasarela es la parte más visible de una práctica que se da en el último tramo de las ribera del Huerva antes de su desembocadura, donde a temporadas es frecuente ver personas que han creado sus pequeños espacios de existencia bajo los puentes que pasan sobre el cauce, desde el Centro Deportivo Alberto Maestro.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza explicaron que el asunto “se está evaluando” ya que “son situaciones delicadas”. Informaron de que se es consciente “de que no se puede hacer ocupación de un espacio público, y se está buscando la solución más adecuada”, y que tanto desde los Servicios Sociales del Consistorio como desde Cruz Roja ya se han dirigido a ellos y se les ha informado de los recursos sociales disponibles en la ciudad, “y se volverá a hablar con ellos”. Señalaron además que, aunque se les ofrecen los servicios del albergue municipal, “hay personas muy apegadas a esa forma de vida y son reacias a entrar”.

Desde la Asociación de Vecinos Parque Bruil y San Agustín, su presidenta, Carmen Turégano, afirma que “no se puede consentir que la gente viva de esta manera, en la zona del Huerva se ha hecho un auténtico asentamiento”.

Turégano explica que el Parque Bruil y los bajos de las viviendas del entorno del Andador Alberto Albericio también fueron desde el verano hasta principios de noviembre un espacio habitual de grupos de sintecho. “Hubo días en que había cerca de veinte personas, pero ahora parece que el problema aparentemente está solucionado y solo pernocta una persona”, comenta la representante vecinal.

Desde esta asociación de vecinos piden “que se habiliten otros puntos de acogida además del albergue -dice Turégano-. Por la situación que vivimos se está viendo que se necesitan también en otras zonas”.Protocolo de invierno en el albergue

El Ayuntamiento de Zaragoza ya ha puesto en marcha el protocolo de invierno para alojar personas en situación de emergencia por frío con la apertura de los módulos prefabricados del albergue municipal.

En el invierno pasado, con la disponibilidad de estos pabellones prefabricados, “se consiguió que no hubiese ninguna pernocta en espacios no apropiados para dormir”, informaron desde Servicios Sociales.

El pasado invierno fueron 324 personas diferentes, con una media de 71,4 personas por noche las que se alojaron en el albergue, siendo los meses de enero y febrero los de mayor ocupación con 76,6 y 77,4 personas por noche de media, respectivamente.

El dispositivo del albergue cuenta con unas 75 camas complementarias para alojamientos de emergencia lo que, según las estimaciones del Ayuntamiento, “permitirá alojar a todas las personas que lo soliciten”. En el caso de superar este número se cuenta de manera complementaria con camas en el albergue juvenil de la Calle Predicadores, que pueden llegar hasta 70 camas más.

Igual que el pasado año, este invierno también se va a mantener un convenio de colaboración con Cruz Roja.