Zaragoza mira a La Meca en la fiesta del cordero

Los musulmanes celebraron ayer su día grande, la fiesta del cordero, en las pistas de la Granja. Más de 5.000 personas oraron en dirección a La Meca e iniciaron un día de celebración y ofrenda. Fue uno de los rezos colectivos más concurridos de la comunidad islámica en Zaragoza

Celebración de la fiesta del cordero en Zaragoza, en una imagen de archivo.
Zaragoza mira a La Meca en la fiesta del cordero
Oliver Duch

Acompañados por las buenas temperaturas de estos días, a primera hora de la mañana de ayer miles de musulmanes acudieron a las pistas de la Granja, en Zaragoza, para celebrar su gran día: la fiesta del ‘Aid el Adha’, en la que se sacrifica un cordero en memoria del profeta Abraham. Allí, extendieron sus alfombras, se descalzaron y rezaron en dirección a La Meca, en el inicio de una de las jornadas más importantes para la comunidad islámica de todo el mundo.

Fawaz Nahhas, en nombre de las mezquitas zaragozanas que organizan este acontecimiento, explica que este año la celebración ha sido más concurrida que otras ocasiones. "Ha venido más del doble de gente que a la fiesta del final del Ramadán, que se celebró en julio, dado que no ha coincidido con vacaciones y no era día laboral", afirma. 


La fiesta del sacrificio, que se celebra 70 días después del fin del Ramadán, conmemora el pasaje recogido tanto en la Biblia como en el Corán en el que Abraham va a sacrificar a su hijo Ismael como un acto de obediencia a Dios, antes de que Dios interviniera para proporcionarle un cordero y matarlo en su lugar. La celebración coincide con la peregrinación a La Meca y la fecha la establece el calendario lunar con el que se rigen los musulmanes.El sacrificio

Tras el discurso del imam y la oración, el multitudinario acto concluyó sobre las 10 de la mañana y los musulmanes se retiraron para continuar con la celebración en sus domicilios y con sus familias. La mayor parte de los corderos se sacrificaron en Mercazaragoza, donde dos matarifes conocedores del rito Halal se encargaron de matar a los animales en colaboración con las carnicerías musulmanas de la capital aragonesa. El cordero tiene que estar sano, tener más de 6 meses de edad. Debe ser degollado por un adulto, tumbado del lado izquierdo y mirando hacia La Meca.


Fawaz Nahhas indica que cuentan con la colaboración de la cooperativa Pastores, "que nos ofrecen las máximas garantías y calidad". En el caso de que haya algún cordero con algún problema, aunque sea de carácter menor, no se puede sacrificar.


Los musulmanes se reúnen en familia para degustar el cordero, aunque el primer día los platos están basado en las vísceras del animal. La celebración se prolongará hasta el próximo martes al atardecer y es tradición entre los musulmanes que estos días los niños reciban regalos o propinas. También es habitual comprar ropa nueva para esta celebración, que sería equiparable a la Navidad.Celebración solidaria

La fiesta tiene su parte solidaria y se hace una colecta para que puedan comer cordero en países que atraviesan situaciones de dificultad. Si el año pasado el destino fue Gaza, en esta ocasión los fondos se han enviado a Siria, donde comprar un cordero puede suponer un coste de entre 350 y 450 euros. En España, se puede adquirir por unos 150 euros, explicó Fawaz Nahhas. En Zaragoza, unas 15 personas han colaborado en esta campaña solidaria.


Los actos de la fiesta del sacrificio son una ocasión para dar a conocer a la comunidad musulmana en Aragón y para reivindicarla como una población tolerante y pacífica, según comenta Fawaz Nahhas, que además recuerda que el homenaje al patriarca Abraham conecta el Islam con otras religiones.


En estos momentos, en Aragón hay unos 50.000 musulmanes, de los que alrededor de la mitad viven en Zaragoza. Según dice Fawaz Nahhas, el 50% de ellos son marroquíes, aunque también está bien representada la comunidad gambiana, árabe, rumana y española. Destaca que en los últimos años se ha producido un incremento del número de musulmanes, entre otros motivos, por el aumento de la natalidad.