El presunto descuartizador de Ricla le pide al juez que no se deje llevar por los sentimientos

El instructor del caso prorrogó ayer la prisión provisional a Antonio Losilla, al que se imputa el asesinato de su esposa, Pilar Cebrián

El supuesto homicida, Antonio Losilla, a su llegada ayer a la Ciudad de la Justicia.
El presunto descuartizador de Ricla le pide al juez que no se deje llevar por los sentimientos
Aránzazu Navarro

El presunto asesino y descuartizador de la vecina de Ricla Pilar Cebrián, su marido, Antonio Losilla, salió ayer del centro penitenciario de Zuera. Pero solo lo hizo durante unas horas y para comparecer ante el juez que instruye el caso. Lo llamativo es que el sospechoso aprovechó la ocasión –una audiencia para decidir sobre la posible prórroga de la prisión provisional– para volver a hacer un alegato de su inocencia y llegó a pedir al magistrado que no se deje llevar por los sentimientos y aplique los conocimientos que adquirió durante su etapa como estudiante de Derecho. Al parecer, Losilla tenía intención de alargar su discurso y el propio juez tuvo que cortarle.


El titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2, encargado de las pesquisas de este macabro crimen, tenía que decidir ayer si Antonio Losilla seguía en prisión provisional o quedaba en libertad hasta la celebración del juicio, para el que todavía no hay fecha. Se trata de un trámite recogido dentro de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que establece que transcurridos dos años desde el encarcelamiento del sospechoso habrá de celebrarse una audiencia para ver si existen indicios de criminalidad suficientes.


Tras escuchar los informes de las partes, el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza optó finalmente por prorrogar otros dos años la prisión provisional, alineándose así con las tesis de la Fiscalía y de las acusaciones particulares, a cargo de las letradas Laura Vela, Carmen Sánchez y Soraya Laborda. "Dada la gravedad de los delitos a los que se enfrenta y por tanto, la posible pena que pudiera imponérsele, existe un evidente peligro de sustracción de la Justicia, además de que pudiera obstaculizar o destruir medios de prueba", dice el magistrado en el auto que emitió tras la comparecencia.


La defensa, de la que se encarga el penalista Javier Notivoli, había propuesto al juez que dejara a Antonio Losilla en libertad recordándole que ni siquiera el llamado test de la verdad o prueba del P-300 han dado ningún resultado en cuanto a la imputación de su cliente. En cualquier caso, el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior mantiene abierta su investigación y ahora se está a la espera de que lleguen los resultados de unas pruebas de ADN."Mi situación es problemática"

Cuando hizo uso de su derecho a la última palabra, Antonio Losilla volvió a insistir en que los días 11 y 16 de abril acudió al cuartel de la Guardia Civil de La Almunia para denunciar la desaparición de su esposa y los agentes no le dejaron. Le aseguró también al magistrado que en el caso de que lo dejara en libertad no se marcharía "a ningún sitio", puesto que ahora se debe a su familia, a la que le agradece que haya estado siempre de su parte. El presunto homicida dijo que tampoco puede obstruir ya a la Justicia, puesto que durante los últimos años se han practicado ya todo tipo de pruebas. Por último, Losilla rogó al instructor que le deje libre argumentando que su situación "es problemática", puesto que "van a destruir a su familia y su economía".


Pero las palabras del presunto descuartizador no lograron hacer cambiar de opinión al juez, quien entiende que existen "indicios suficientes" para prorrogar su estancia en prisión. Recuerda en su acta que el imputado "en ningún momento" ha colaborado con la Justicia para encontrar a Pilar; que sus explicaciones han sido siempre "incoherentes y cambiantes"; que Losilla llegó a confesar la muerte de su esposa, aunque luego se retractó; que se hallaron gotas de sangre de la víctima; que buscó una trituradora de carne justo después de la desaparición de Pilar Cebrián, en abril de 2012; y que las llamadas de teléfono, así como varios correos electrónicos le delatan.

Por todo ello, el magistrado decidió volver a enviar a prisión al supuesto asesino, quien aseguró que quiere que se celebre el juicio para "lavar su cara y la de su familia".