Condenados por montar bares ficticios y estafar a los socios

La Audiencia impone dos años a Antonio Langarita y uno a su hija, que deberán devolver 81.000 euros

Antonio Langarita (se tapa) y su hija Gabriela, en la Audiencia.
Condenados por montar bares ficticios y estafar a los socios
A. Alcorta

La Audiencia de Zaragoza considera que el acusado, Antonio Langarita, encolaboración con su hija Gabriela, urdieron un plan consistente en ofertar a través de medios de comunicación trabajo y participación en unas sociedades para la explotación de negocios de hostelería a cambio de entregas de dinero por los futuros socios. La Audiencia de Zaragoza considera que el padre y la hija aparentaban "una solvencia y actividad empresarial inexistentes" y su único objetivo era "recabar dinero ajeno con el consiguiente lucro pues no tenían la menor intención de poner en marcha los negocios careciendo de licencia de obras para reformar los locales donde iban a realizar las actividades hosteleras".


De hecho, los acusados tenían arrendados los locales y acabaron desahuciados por sus respectivos propietarios al no pagar las rentas correspondientes. La sentencia considera que es un delito de estafa continuada. 


Para imponer la condena, la Audiencia tiene en cuenta que Antonio Langarita tiene "una conducta defraudatoria contumaz" porque esta actuación se va haciendo "costumbre" porque fue condenado por la Audiencia de Zaragoza en 2012 por apropiación indebida, "por hechos que guardaban una gran similitud" con los enjuiciados. Por eso, impone dos años de prisión y multa de ocho meses a razón de diez euros por día multa al acusado. Mientras tanto, a su hija Gabriela impone un año de prisión y multa de seis meses por seis euros por día. 


La Audiencia de Zaragoza condena a ambos en concepto de responsabilidad civil a los cuatro perjudicados por la estafa que supone un total de 81.000 euros, en cantidades particulares de 11.000, 20.000 y, en dos casos, 25.000. También les impone los intereses legales y las costas del proceso.