Los ciclistas inundan las calles del centro de Zaragoza

Cientos de personas protestan contra las nuevas restricciones a las bicis en la capital aragonesa.

Cientos de ciclistas recorren el centro de Zaragoza
Los ciclistas inundan las calles del centro de Zaragoza
S.A.C.

El centro de Zaragoza era en la tarde de este viernes territorio de las dos ruedas. Cientos de ciclistas, 1.800 según el colectivo Pedalea, se han daban cita para protestar por las restricciones impuestas por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, en especial por la prohibición de circular por las zonas peatonales.


"Hay que distinguir las aceras de las zonas peatonales, en las que sí que circulan automóviles. Ahora el Casco está prácticamente prohibido para las bicis", criticaba Alberto Lorente, miembro de Pedalea, el colectivo que convocaba la marcha. Lorente responsabilizaba al Ayuntamiento de la "improvisación" con la que se ha actuado y criticaba en especial de que consejera de Movilidad, Carmen Dueso, quien "se esconde detrás de la sentencia", aseguraba.


Con la protesta se pretendía, además, concienciar a los vehículos de la presencia de este colectivo en las calzadas. Un lugar en el que no siempre son bienvenidos. Así lo demuestra hechos como la detención de un hombre por atropellar intencionadamente a un ciclista. Episodios que, aseguraba, "no son nuevos". "Ahora salen a la luz porque el foco está sobre ellos, pero por ejemplo, hace 15 días hubo un hecho similar con un taxista en el puente de Piedra", recordaba.


Durante hora y media, los manifestantes recorrieron con sus bicis el paseo de la Independencia y otras arterias importantes de la capital aragones "respetando las normas".


La protesta se desarrolló sin más incidentes que pequeños tropezones o algún pique con los conductores. 


Los asistentes estaban de acuerdo en la falta de convivencia entre vehículos. "Es un peligro", aseguraba María, quien preferiría poder seguir utilizando las aceras. "Nos comparan con los vehículos a motor, pero no podemos fluir con el tráfico", subrayaba Rubén. Para María, otro de los problemas es "la falta de educación vial", ya que, según ella, el Ayuntamiento no ha explicado bien los cambios.


Por su parte, Yago, otro de los asistentes, está de acuerdo con la prohibición de que se transite por las aceras, pero pone una excepción: los niños. "Desde siempre he ido por la calzada, pero con los niños no se puede. En una calle de dos carriles, sin pacificar, es muy peligroso". Él se manifiesta junto a Ana y Jorge y los pequeños Pablo, Julia y Candela, tres pequeños ciclistas de entre 8 y 5 años.