La estancia media en el albergue municipal supera los quince días, pero algunas llegan al año

Desde 2001 no ha parado de descender la gente que acude, aunque cada vez están más tiempo.

Albergue municipal de Zaragoza
La estancia media en el albergue municipal supera los quince días, pero algunas llegan al año
P. F.

Cada año, el albergue de Zaragoza acoge a menos gente. De hecho, en 2013 se registró el número más bajo de usuarios desde 1996 -primer año en el que se empezaron a contabilizar-. Una tendencia que se ha mantenido desde 2001, cuando se llegó al máximo conocido -4.353 personas-, mientras que en la actualidad son 2.376, un 45,4% menos. “Cada vez viene menos gente itinerante y, por el contrario, hay más población de la ciudad, que se hospeda aquí de manera continuada en el tiempo”, señala Gustavo García, director del Albergue de Zaragoza.


Prueba de ello es que la estancia media ha crecido considerablemente en el último año. En 2012 se situaba en los 9,8 días, mientras que en 2013 ascendía hasta los 16,3 días por persona. “Se debe fundamentalmente a que hay personas que están muchos meses porque se encuentran pendientes del cobro del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) o alguno similar, que suelen tardar más de 6 meses”, detalla García. En concreto, el 16,25% de los usuarios son crónicos, es decir, están de manera constante en el centro. “Si viene una persona que no tiene ningún tipo de ingreso, la asesoramos para pedir las ayudas correspondientes y le vamos renovando el alojamiento hasta que finalmente las consigue”, sostiene.


Esto ha provocado que el albergue ya no sea simplemente un lugar de paso. “Estamos ensayando programas a medio y largo plazo, en los que profundizamos en cada persona e intentamos que hagan una vida normal fuera del centro, puesto que estar continuamente aquí deteriora mucho”, asegura el director. Esta labor la llevan realizando durante los últimos tiempos. “Es más útil ayudar a la gente que darles simplemente la estancia y todo esto es posible gracias a los trabajadores sociales”, subraya.


La búsqueda de trabajo es otra de las razones por las que aumenta el número de días que se está de estancia. “Ahora la gente tarda más tiempo en encontrar un empleo, por eso, cuando viene alguien de fuera le ofrecemos los primeros seis días oficiales y en si en ese tiempo le sale alguna entrevista o encuentra un trabajo de pocas horas, se lo vamos renovando para que no se quede sin un lugar en el que dormir”, relata García.


Asimismo, ha cambiado de manera considerable el perfil de las personas que acuden hasta el albergue municipal. “Cada vez es más gente de Zaragoza, ya que con la situación que existe actualmente es mucha la gente que se quedan sin recursos”, sostiene. En concreto, el 45,42% de los usuarios son españoles, el 32,6% aragoneses y el 14,1% zaragozanos, la cifra más alta desde que se tienen datos cuantificados de los usos de estas instalaciones.


En estas cifras no se tienen en cuenta los periodos en los que se abren más instalaciones por el frío. “El año pasado pusimos en marcha este protocolo de emergencias durante cuatro meses, desde el 20 de noviembre hasta marzo, y en esos días estuvimos al completo, e incluso, utilizamos pabellones prefabricados, plazas del albergue juvenil, etc.”, detalla.

Un año diferente

Durante este año, han vivido un verano atípico. “Hasta finales de julio no ha habido casi gente, hemos estado medio 'vacíos', sin embargo, a partir de agosto comenzó a llenarse rápidamente y aunque ahora hemos bajado, todavía tenemos bastante afluencia”, explica García. Además, el número de personas que acuden cada día a desayunar también descendió durante este periodo. “Hemos tenido días de unas cincuenta o sesenta, cuando lo normal es que haya unas 90, no obstante, ahora estamos en torno a las 100”, señala. Por esta razón, no se atreve a asegurar si este año se mantendrá a la baja el número de personas que acuden al albergue o cambiará la tendencia.