Pendientes de los semáforos de Independencia

El Observatorio de la Bicicleta critica que las partidas reservadas para políticas ciclistas en 2014 apenas se han ejecutado

Cotejando los partes de incidencias de la Policía Local, se comprueba que salen –más o menos– a un par diarios. Los accidentes de ciclistas proliferan en verano con el auge de las bicicletas y, en esencia, sus percances con otros vehículos (no con peatones) se concentran en rotondas y en grandes avenidas sin carril bici. No son demasiados –dado que se calculan hasta 80.000 desplazamientos diarios en la ciudad– pero en el balance de siniestralidad del año pasado sí figuran hasta 116 percances ciclistas, con 11 lesionados graves y 113 heridos leves.

Este mismo mes se han registrado choques menores en el puente de Piedra, en el Camino de las Torres y en la calle de Pedro de Luna, en el barrio de Las Delicias, distrito que –desde hace tiempo– aparece entre las reclamaciones de los colectivos ciclistas. Explican los amantes del pedaleo que las grandes arterias del barrio más poblado de la ciudad (véase la avenida de Madrid, la de Navarra o Duquesa Villahermosa)no tienen carril bici y circular por sus calzadas resulta complicado. Se trata de vías con mucho tráfico, en las que ir por las aceras tampoco es una buena opción dado que (al margen de prohibiciones) estas son exiguas y suelen estar repletas de viandantes. 

«Así como en el paseo de Calanda sí hay un carril bici muy resolutivo, Las Delicias presenta carencias en sus pasos transversales porque es complicado para los ciclistas circular, por ejemplo, por una avenida de Madrid con un carril bus de bajada y con la presión del resto de tráfico de subida», explica Pablo Muñoz, presidente del Observatorio de la Bicicleta, donde han analizado qué soluciones podrían brindarse para mejorar la circulación ciclista en Las Delicias. 

La avenida de Valencia

Una de ellas, es que las bicis pudieran ir por el carril bus y que disfrutaran en él de una zona reservada de anticipación junto a los semáforos para poder arrancar por delante de los autocares. Otra es que, por fin, se construya un carril bici en la avenida de Valencia, obras que están previstas para este mismo año aunque aún no han comenzado. «Hay una partida de 150.000 euros en el área de Infraestructuras para acometer estos trabajos, y la concejal responsable, Lola Campos, nos ha asegurado que se ejecutarán antes de fin de año», explica Muñoz.

Sin abandonar Las Delicias, la plazoleta de la Ciudadanía es otro de los ‘puntos negros’ de la red ciclista, como también lo son el resto de rotondas de la ciudad: la de la plaza de Mozart, la MAZ, Toulouse, etc. Explican los ciclistas que es complicado manejarse entre tal marabunta de vehículos y que, además, muchos conductores aún no los consideran un usuario más de la calzada ni los respetan debidamente. 

El colectivo Pedalea denunció hace semanas que más de la mitad de los ciclistas se han sentido acosados por conductores de coches al circular por Zaragoza y han sido objeto de gritos, insultos y bocinazos para que se aparten a un lado. Este sondeo forma parte de la campaña #RespetoalaBici, promovida por Pedalea para identificar los problemas de convivencia en las calzadas zaragozanas y concienciar de la necesidad de que los automovilistas respeten al usuario más vulnerable.

Reclaman los ciclistas que se guarde la distancia de seguridad a la hora de adelantarles, que no se les cierre el paso en giros a la derecha y que se controle mejor el cumplimiento de las llamadas ‘vías pacificadas’. En este apartado, el colectivo denuncia que menos de un 25% de los conductores cumple la limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora, tras completar un trabajo de campo en el que midieron las velocidades de más de cien turismos en Arzobispo Morcillo y Manuel Lasala (vías pacificadas, largas, y de un elevado uso ciclista). 

Pedalea explica que por debajo de 30 kilómetros por hora un accidente casi nunca es mortal, mientras que la mortalidad se dispara a partir de 40 o 50 km/h. La ordenanza municipal limita la circulación de todas las calles de un solo sentido a 30 km/h, lo que favorece el uso de la bicicleta «en la red de calles secundarias», pero aún sigue habiendo mucho trabajo que hacer en las avenidas principales.

C. Peribáñez