«Ayudamos a alrededor de mil mujeres cada año en Zaragoza»

María Antonia Avilés Perea , PRESIDENTA NACIONAL DE ACISJF.
 La que fuera diputada en el Parlamento Europeo, dirige hoy una organización al servicio de la juventud femenina en riesgo de exclusión

Avilés afronta nuevos retos al frente de Acisjf.
«Ayudamos a alrededor de mil mujeres cada año en Zaragoza»
Aránzazu Navarro

María Antonia Avilés Perea es una corredora de fondo. Desde el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es presidenta nacional de Acisjf (Asociación Católica Internacional de Servicios de la Juventud Femenina), de la que es miembro desde 1998. Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, ha sido una pionera de la mujer en política. Desde los inicios de la democracia ocupó importantes cargos en el Ayuntamiento con Unión de Centro Democrático, fue miembro del Parlamento Europeo y diputada en las Cortes de Aragón por el PP, entre otras responsabilidades. Ahora afronta una nueva etapa al frente de Acisjf, entidad sin ánimo de lucro que asiste a mujeres que están solas y que necesitan apoyo para integrarse en la sociedad. Una organización que fue galardonada con el Premio Aragón Solidario que otorga HERALDO. 


Ha trabajado en política y ahora lo hace en una entidad social. ¿Por qué es importante que existan este tipo de asociaciones al margen de las instituciones?

La sociedad necesita cauces de participación y de solución de problemas y llegar a ellos es más fácil desde organizaciones sociales que desde la política. Acisjf hace una labor muy importante porque ayudamos a alrededor de mil mujeres al año en Zaragoza que se encuentran completamente solas, no tienen recursos y trabajamos para lograr su integración social y laboral. Somos su refugio.


¿En qué consiste esa ayuda que prestan? 

Las mujeres llegan derivadas desde servicios sociales, el Instituto de la Mujer u otras organizaciones como la Hermandad del Refugio. Nuestro objetivo es acogerlas y orientarlas para conseguir su integración mediante la formación. En Zaragoza y en otras ciudades tenemos viviendas tuteladas con una estancia mínima de seis meses, aunque hay casos particulares en los que el alojamiento se alarga porque siguen sin trabajo o no tienen posibilidades económicas para tener domicilio propio. También se imparten cursos como la enseñanza del español. En otros casos, son personas que anteriormente han trabajado pero están en paro y buscan una especie de reciclaje para acceder al mundo laboral. 


Los principios de la asociación son católicos, ¿solo reciben a mujeres de esta religión ?

Aunque nuestros principios sean católicos, hemos acogido a mujeres musulmanas y de otras religiones. Siempre respetamos sus 

creencias. Las únicas condiciones de admisión son: mujer sin cargas familiares, sin recursos económicos y sin apoyo.


¿Ha cambiado el perfil de las mujeres a las que atienden?

Sí. Cuando empezamos a funcionar en Zaragoza, venían del mundo rural a la ciudad a buscar trabajo. Durante los últimos años, antes de la crisis, la mayoría eran inmigrantes que llegaban sin papeles y sin conocer el idioma. Algunas fueron víctimas de trata de personas y Acisjf fue su tabla de salvación. En la actualidad, cada vez acuden más mujeres españolas e incluso señoras de más de 50 años que no disponen de ingresos ni de un lugar donde vivir.


¿Cuál es la historia que más le ha impresionado?

Una joven de origen chino que vino a España engañada por una mafia y con una deuda importante. Estuvo tres años en la casa tutelada. Al final, aprendió español, se casó y está integrada. 


Como nueva presidenta nacional de Acisjf, ¿qué logros quiere conseguir? 

El primer objetivo es la regularización de ingresos y gastos. El descenso de las subvenciones ha sido importante y hemos tenido que reducir el dinero para el funcionamiento de la sede central. Si la situación económica lo permite me gustaría poner en marcha Acisjf en alguna nueva ciudad.


¿Qué nuevos proyectos tiene en mente?

Trabajamos en la preparación de la Reunión Internacional que se celebrará en Roma, a principios de 2015. El otro proyecto tiene que ver con un programa común entre España, Portugal e Italia para solicitar fondos europeos de formación para el empleo.


¿Sobre qué van a hablar en Roma?

La organización es internacional. Funciona en África, Europa, América y Asia, y siempre que nos reunimos se realiza un seminario de formación con un tema específico. Este año es sobre mujeres jóvenes que son madres y están solas. Es una situación grave que sufren especialmente países de África y América del Sur. 


¿Cree que somos solidarios?

En los últimos tiempos de mayores apuros, la sociedad española, y la zaragozana, han demostrado ser solidarias. Nosotros tenemos un grupo muy importante de trabajadoras sociales, sicólogas, médicos, abogadas, profesoras etc., la mayoría voluntarias. Son gente estupenda, que da su tiempo, sus conocimientos y su experiencia a cambio de nada, solo el beneficio personal.


Siempre ha estado comprometida con la actividad pública: en el Ayuntamiento, el Parlamento Europeo, las Cortes... ¿De dónde le viene esta vocación?

No es vocación, es satisfacción personal por contribuir a ayudar a otras personas. En el fondo es buscar solución a los problemas que existen, pero ahora lo hago desde otra perspectiva. La acción política es fundamental para el avance de la sociedad, pero el voluntariado es importantísimo, más aún en etapas de crisis.


Fue concejal en 1979 con UCD en la primera corporación de la democracia. ¿Cómo ha cambiado el papel de la mujer en política desde entonces?

Se ha mejorado mucho, sobre todo en los cauces de participación, aunque aún queda bastante por hacer. Se siguen dando casos de machismo y la mujer todavía tiene que luchar porque no ocupa cargos de dirección a pesar de salir de la universidad con la misma preparación. En ocasiones, no quieren renunciar a una vida familiar y, otras veces, no pueden compaginar o no reciben suficiente ayuda. Falta que la mujer desempeñe el puesto que le corresponde en igualdad de condiciones pero no porque la ley obligue, sino porque están muy preparadas.