Sin previo aviso y cuando ya parecía que este año se había difuminado la amenaza, las máquinas para dragar el Ebro reaparecieron ayer a la altura del Club Náutico. Una pala retroexcavadora se empleó a fondo durante toda la tarde para retirar algunas gravas junto a la ribera derecha del río, que han impedido que -en lo que va de verano- la empresa concesionaria del turismo fluvial haya navegado bajo el puente de Piedra. De hecho, los barcos solo han prestado servicio este tiempo entre el embarcadero del Náutico y el recinto de Ranillas, renunciando así a la parte de la ruta entre Vadorrey y el Pilar.

El Ayuntamiento justificó ayer esta nueva actuación en la necesidad de completar "trabajos de limpieza, mejora y adecuación" de la ribera junto al puente de Piedra. Según fuentes municipales, los trabajos han consistido en la retirada de restos vegetales (troncos muertos arrastrados por el río y acumulados en esa orilla) y en el "esturreado" (dispersión) de gravas. También se va a aprovechar para limpiar los pivotes de hierro anclados en el cauce que delimitan la zona de navegación y para hacer una mejora en los taludes cercanos, que -según informa el área de Medio Ambiente- "estaban descarnados". 

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