Trasmoz, Lituénigo, Daroca y Muel inauguran la temporada estival de ferias y fiestas


Cientos de visitantes en las recreaciones de oficios perdidos y brujas. Jota y cerámica protagonizan las otras celebraciones

La siega y la trilla fue uno de los oficios perdidos que centraron las miradas de los visitantes.
Trasmoz, Lituénigo, Daroca y Muel inauguran la temporada estival de ferias y fiestas
Fernando Orte

 La temporada de ferias y fiestas propia de la época estival se dio ayer por inaugurada. Oficios antiguos, homenajes a la jota o recreaciones de la captura de brujas fueron algunos de los actos que amenizaron la jornada. 

En la comarca de Tarazona y el Moncayo, Lituénigo celebró la decimotercera feria de oficios perdidos y Trasmoz, su decimocuarto encuentro de brujería, magia y plantas medicinales. 


La siega y la trilla abrieron el programa de actividades en Lituénigo, después de que el alguacil lo pregonara a los pies del castillo. De allí, partió un pasacalles con gaitas y jotas hasta las afueras, donde jóvenes y mayores del pueblo se encargaron, hoz en mano, de la recolección del trigo. Entre el numeroso público congregado pudieron escucharse comentarios acerca de la dureza de este oficio, que requiere «agachar mucho el riñón». Antaño empleaban todo el día, pero ahora en Lituénigo únicamente se recrea durante una hora con motivo de esta curiosa feria, que tiene su origen en el Museo del Labrador de la localidad –impulsado por el propietario, ya fallecido, Jesús Hernández–, que recopila los oficios perdidos en las últimas décadas.

Una vez al año, estos salen del museo y cobran vida gracias a los vecinos de Lituénigo. Ayer no faltaron clásicos como el herrero, el estañador, las cesteras de mimbre, el soplador de vidrio, las mujeres encargadas de hacer la colada tradicional con ceniza, confeccionar el colchón de lana, elaborar embutidos caseros o fabricar jabón, sin olvidar las hilanderas o el alfarero, oficio representado por uno de los pocos que queda en Aragón, Fernando Malo.


La novedad de este año fue la incorporación del oficio de maestro, con la recreación de una escuela a la vieja usanza en la entrada de la iglesia. Fue precisamente el hijo del último maestro que tuvo Lituénigo el encargado de rescatar esta profesión, que se perdió desde que, en los años setenta, cerrara la escuela de la localidad y la docena de estudiantes tuvieran que trasladarse al colegio comarcal de Tarazona.


Daniel Hernández, de 30 años e ingeniero de telecomunicaciones, explicó a los niños las diferencias entre la escuela de antes y el colegio de hoy en día. Además, los llevó de excursión por todos los puestos de la feria, porque la lección de ayer fue «los oficios de nuestros abuelos», según rezaba en la pizarra de una escuela que estuvo amueblada con pupitres antiguos traídos del colegio Sagrada Familia de Tarazona.


Entretanto, el vecino pueblo de Trasmoz volvió a colapsarse ante la avalancha de visitantes que registró la feria de brujería. La orografía del municipio impide que disponga de grandes espacios públicos y los vehículos tuvieron que aparcar, una vez más, a los pies del cerro sobre el que se levanta la población. El mercado esotérico estuvo muy concurrido durante toda la jornada –con moneda propia, los maravedíes falsos de Trasmoz–, al igual que las representaciones teatrales, entre las que no faltó la caza de brujas y herejes. Las actividades se alargaron hasta la noche, con un espectáculo de luz y fuego, un aquelarre de brujas o la actuación del cantante Héctor Pérez.


En Daroca, vecinos y visitantes disfrutaron del primer día de fiestas en honor de San Cristóbal. El chupinazo, acompañado de los cabezudos y la charanga, abrió al mediodía estas celebraciones que concluyen hoy. Hubo ofrenda de flores, juegos infantiles y, sobre todo, muchas jotas. «Hay una ronda jotera de varias horas y una exaltación de la Jota de Daroca, que se baila por la noche frente a la colegiata», detallaba ayer Miguel García, alcalde darocense.

También se inauguró una calle con el nombre de Santos Cardona, maestro autodidacta que enseñó a los miembros de la rondalla a tocar los clásicos instrumentos que la componen. Esta tarde, a las 17.00, habrá un festival de jota en el pabellón. «Es un homenaje a José Ignacio Ortiz, alma de la jota aquí en Daroca», añadió el alcalde. 


En Tauste, se celebró la feria de verano, que consistió en sacar los comercios a la calle. Además, se sortearon 10 vales de 20 euros entre los clientes y hubo actividades de animación infantil. 

La Fiesta de la Cerámica, organizada por la Asociación de Ceramistas de Muel, volvió a llenar de arte y actividades el parque. No faltaron los talleres, una exposición y hasta una comida popular.