La fiscal acusa al exdirector de Cultura de la DPZ de apropiarse de 37.975 € y le pide 10 años de cárcel

Alfredo Romero tendrá que convencer a un Jurado de que no se quedaba con el dinero recaudado por la venta de catálogos. Su mujer se enfrenta a una posible pena de 5 años por blanqueo

Mª Teresa Colomer, a su llegada al juzgado.
Mª Teresa Colomer, a su llegada al juzgado

El que fuera director del área de Cultura y Patrimonio de la Diputación de Zaragoza (DPZ) entre 2003 y 2011, Alfredo Romero Santamaría, será el siguiente funcionario público en sentarse en un banquillo. Y lo hará para intentar convencer a un Jurado de que no se aprovechó del cargo para malversar fondos del erario y enriquecerse de forma ilícita. Porque es precisamente de eso de lo que le acusa la Fiscalía, que acaba de pedir para él diez años de prisión, nueve de inhabilitación absoluta y una multa de 100.000 euros por apropiarse del dinero que se obtenía con la venta de los catálogos de las exposiciones que se organizaban en el palacio de Sástago.


Apoyándose en los informes emitidos por el Grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía, el ministerio público calcula que, durante los años que ejerció de responsable de Cultura en la institución provincial, Romero pudo desviar 37.975 euros. Suma que, según la Fiscalía, consiguió camuflar y blanquear con ayuda de su esposa, María Teresa Colomer. Por ello, acusa también a esta de un delito de blanqueo de caudales públicos y pedirá que se le condene a cinco años de prisión y una multa idéntica a la de su marido.


La denuncia que dio lugar a esta causa judicial fue presentada por la propia DPZ, que al sospechar de la forma en que Romero administraba los ingresos obtenidos durante las exposiciones decidió dirigirse a la Fiscalía Provincial. La investigación posterior reveló que durante el tiempo que el ahora acusado estuvo en el cargo se montaron un total de 33 muestras y que en 24 de ellas se editaron guías o catálogos. Sin embargo, a la hora de revisar los archivos, solo se pudo recuperar documentación contable de once.


Según el ministerio público, si no se ha podido rescatar más información sobre las ventas que se hacían en el palacio de Sástago es porque el propio Romero se encargaba de no dejar rastro. ¿Cómo? Asegura la fiscal que ordenando a los vigilantes de seguridad que destruyeran las anotaciones manuscritas que dejaban las azafatas después de que él retirara de la caja fuerte los sobres donde se guardaba el dinero de cada exposición. "Lejos de ingresar este dinero en la Tesorería de la Diputación Provincial, lo hizo suyo en todas las ocasiones, detrayendo su importe de las arcas provinciales e incorporándolo a su patrimonio", dice.


Solo existen registros de once muestras y la recaudación obtenida en una de ellas fue a parar al Real Zaragoza, ya que fue el propio club quien editó los catálogos con motivo de su 75º aniversario. Según la Policía, en el resto se obtuvieron 15.190 euros que la Fiscalía asegura se quedó Romero. Haciendo una media de los beneficios obtenidos en estas muestras, la acusación pública calcula que el exdirector de Cultura pudo apropiarse de un total de 37.975 euros.Treinta y tres ingresos en efectivo

La juez instructora ordenó investigar el patrimonio de la pareja y detectó numerosos ingresos en efectivo sospechosos en las cuentas bancarias que compartían. De hecho, en sus informes, Blanqueo de Capitales habló de hasta 33, con cantidades que oscilaban entre los 1.000 y los 44.700 euros. En cuanto a esta última cantidad, los investigadores constataron que se utilizó para pagar la mitad de una vivienda que María Teresa Colomer compró en Fuendetodos. Casa en la que después se acometieron importantes reformas, muchas de ellas pagadas también en efectivo.


La Fiscalía no encuentra justificación para gran parte de esos ingresos, de ahí que concluya que ese dinero provenía de la venta de los mencionados catálogos.