El pequeño comercio adelanta sus rebajas para aprovechar el leve repunte del consumo

Las tiendas de proximidad esperan subir las ventas entre el 3 y el 5% respecto al año pasado.En los negocios de vestido y calzado los ingresos de esta campaña suponen más del 20% de la facturación anual

Muchas tiendas del Centro (en la imagen, León XIII) ya lucen carteles con sus descuentos.
Muchas tiendas del Centro (en la imagen, León XIII) ya lucen carteles con sus descuentos
Aránzazu Navarro

Hay indicios de que la confianza del consumidor está repuntando pero –tras unos años tan rematadamente malos– los comerciantes prefieren ser prudentes y no lanzar las campanas al vuelo. Aunque desde el año pasado los periodos de rebajas se han liberalizado, por tradición y por hábitos (y también por la necesidad de dar salida al stock acumulado), se continúan programando campañas de descuentos especiales en invierno y verano. Las grandes superficies darán el pistoletazo de salida la primera semana de julio, pero el pequeño comercio ya se ha adelantado con ofertas que tiran los precios hasta un 70%.


"Esperamos repetir los datos de ventas del año pasado e, incluso, aumentarlos ligeramente entre el 3 y el 5% en volumen de facturación", comenta José Antonio Pueyo, presidente la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS). Pueyo explica que van a ser las primeras rebajas en las que el tipo del IVA del 21% ya "está perfectamente asimilado por parte de comercios y consumidores", después de que, en plena crisis, dos subidas de este impuesto despistaran y desanimaran a los compradores. Desde ECOS consideran que el gravamen del 21% continúa siendo "muy alto", hecho que influye también en que los consumidores cada vez esperen más a los periodos de oportunidades para centrar sus compras en productos rebajados.


La Federación de Usuarios y Consumidores Independientes cifra en un 84% el porcentaje de ciudadanos que aguarda al periodo de rebajas para hacer sus compras y calcula que cada español gastará unos 72 euros esta campaña. Aragón se sitúa justo en la media nacional, si bien se recupera en el ranquin habida cuenta de que hace apenas un año esta inversión se reducía a 58 euros y en 2012, a 48.


Para José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón, de la pelea por vender (casi por su propia subsistencia)entre los establecimientos, "el precio es un arma fundamental y su descenso favorece al consumidor". No obstante, recuerda que "el consumo proviene de la renta y, si los salarios siguen cayendo, es difícil cambiar la inercia". Apunta Oliván que durante la crisis "solo se ha incrementado el consumo de objetos de lujo"–lo que da idea de quiénes son los paganos de los recortes y de que los brotes verdes no llegan al bolsillo de los ciudadanos de a pie– y señala también el curioso fenómeno de la eclosión de establecimientos (véase Primark) que tienen por filosofía la apuesta por los precios bajos: "Eso, que antes podía ser signo de falta de prestigio, hoy se luce como reclamo".Tirar de inventiva

Con este incierto panorama, los comerciantes se estrujan la cabeza para idear nuevas propuestas que sirvan de incentivo y animen a los consumidores a retomar la rutina de las compras "como hacían antes de 2008". Una de las últimas ‘tretas’ fue la de los comerciantes del Centro que este pasado viernes organizaron un Black Friday con descuentos de hasta un 70% en una treintena de tiendas de León XIII, San Ignacio de Loyola, Francisco de Vitoria...


"Algo había que hacer. Cogimos el nombre en inglés porque se identifica con rebajas y promociones aunque se trate de una fiesta americana que se celebra en noviembre. El tema está tan parado que decidimos buscar una aliciente extra con precios apurados al límite", comenta Carolina Gallizo, presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro. En la iniciativa, en la participaron establecimientos de muy distintos sectores (viajes, joyería, decoración, lencería, ropa...), se agasajaba a los clientes con un ágape de gominolas y una decoración en la que sobresalían las moquetas y los globos en tonos oscuros por aquello del Black Friday.


"Se nota que la gente está esperando a las rebajas. El consumo no acaba de remontar pero confiamos en que esta temporada no se venda menos que la anterior", comenta Gallizo, que percibe un gasto atenazado por la actual coyuntura económica. "La gente tiene miedo e, incluso, quienes no han perdido en este tiempo su poder adquisitivo ven los problemas de alrededor y gastan menos". No obstante, los comerciantes del distrito coinciden en señalar que "la crisis no está superada pero sí asumida" y "ya no se percibe tanta desilusión". Ojalá estos ánimos recuperados tengan repercusión en las cajas y los bolsillos.