El Consistorio sugiere carpas abiertas en las fiestas para esquivar la ley de espectáculos

Lola Ranera propone a los barrios rurales esta solución ante la prohibición de que entren menores a los pabellones La propuesta no convence a los alcaldes pedáneos

En la imagen, un 'show' el pasado fin de semana en las fiestas de Gallur.
Un recurso muy habitual en los pueblos

El decreto de grandes espectáculos del Gobierno de Aragón va a traer de cabeza a más de un alcalde este verano. La nueva norma prohíbe que los menores entren a recintos cerrados en los que se vendan bebidas alcohólicas, a no ser que vayan acompañados de sus padres con una autorización expresa o se instalen zonas diferenciadas para ellos en las que no se venda alcohol. El Ayuntamiento de Zaragoza estudia cómo aplicar la medida en sus 14 barrios rurales, y de momento ya ha sugerido a sus alcaldes una posibilidad: instalar carpas abiertas en el exterior, lo que les permitiría esquivar la normativa.


Al tratarse de un espacio abierto, no quedaría incluido en los supuestos que recoge el decreto de la DGA. Por lo tanto, los menores podrían permanecer en las carpas sin ningún problema. Eso sí, seguirían sin poder consumir bebidas alcohólicas, como en cualquier otro establecimiento público. La concejal de Participación Ciudadana, Lola Ranera, trasladó esta posibilidad a los alcaldes en la última reunión mantenida con ellos, aunque pocos la contemplaron como algo viable para su caso particular.


Ranera afirmó ayer en la comisión del área que "históricamente nunca se ha diferenciado a mayores de menores en la barras", y que están tratando que "se celebren las fiestas patronales sin problemas" pero "cumpliendo la ley". La edil explicó que en las fiestas del Arrabal, distrito que preside, ya se alquiló "una carpa que se puede abrir lateralmente". Otra posibilidad que apuntó es la de "sacar las barras fuera de los pabellones".


El concejal del PP, Miguel Ángel Velilla, que preguntó por este asunto en la comisión, exigió "una solución" y que se ofrezcan "buenas alternativas" a los barrios rurales. "No se trata solo de las fiestas patronales, sino de actividades durante todo el año. ¿Se van a poner carpas en la calle siempre, hasta en invierno", preguntó el edil popular.


Los alcaldes pedáneos no ven clara la solución ofrecida por Ranera. Aunque aún están estudiando las posibilidades, y quedaron emplazados a una siguiente reunión para analizar el problema, quienes utilizan habitualmente un pabellón para las fiestas no ven apropiado sacar estas actividades a la calle. En el caso de Monzalbarba, por ejemplo, no se ve claro porque "no se podrían vender abonos para entrar", por lo que "nos quedaríamos sin fiestas", según apunta su alcalde, Joaquín Tiestos. Además, añade que mantener la fiesta en el pabellón "no es muy viable", ya que hay que lograr permisos y obras que complican la organización.


Por su parte, el alcalde de Movera, Ismael Abadía, tampoco ve una carpa abierta como posibilidad, y reclama al Ayuntamiento "40.000 euros para adecuar el pabellón, porque ahora mismo es ilegal". "Hay que poner un par de puertas, salidas de humos, adecuar escaleras... Así podríamos hacer las fiestas allí y separar zonas para mayores y menores", apuntó.


A La Cartuja no le afectará en exceso el decreto, ya que no organizan actividades festivas en el pabellón, pero su alcalde, José Ramón, cree que el decreto "no tiene sentido" porque sus casos son "muy distintos al Madrid Arena".