Cuentan que la Edad Media fue una época oscura, plagada de guerras, epidemias y decadencia. Otros exégetas, sin embargo, recuerdan que también hubo ramalazos luminosos y avances en disciplinas como la óptica o la moda:de hecho, se inventó el botón. Ayer no era día de botones en la plaza del Pilar pero sí de comprobar si cabía un alfiler porque la afluencia a la feria de las tres culturas fue ‘in crescendo’ durante todo el fin de semana.

Si bien es cierto que el arranque del viernes resultó un poco timorato, el sábado ‘las masas’ ya cogían cuerpo y ayer fue una jornada de bastantes aglomeraciones. Tantas, que los organizadores de la feria calculan que gracias a este empujón final se ha logrado alcanzar unos 233.000 visitantes. Las cifras señalan que las mañanas fueron bastante más relajadas que las tardes y que ni el molesto cierzo del sábado ni las coincidencias con partidos en abierto del Mundial de Brasil han podido hacer sombra a la cita medieval que alcanzaba este año su vigésima edición.

Jornada a jornada, los amantes de la cetrería, la cota de malla y el jamón asado también han ido despuntando: el viernes se registraron unas 30.000 visitas, el sábado cerca de 85.000, y las estimaciones de ayer se situaban en 118.000 asistentes, según datos proporcionados por Zaragoza Eventos, concesionaria del mercado.

Explican asimismo los organizadores que se han celebrado todos los actos programados (había temor a que el molesto viento desluciera algún espectáculo) y que la novedad de abrir dos campamentos con actividades ha resultado eficaz. El de la plaza del Pilar estaba consagrado a las artes militares y en él podían verse antiguos instrumentos de guerra así como armaduras de mucho relumbrón. Lo dirigía la compañía Lobos Negros, que son asesores de la serie histórica de TVE ‘Isabel’. El otro campamento, situado en la trasera de La Lonja, estaba gestionado por la asociación Dandelion de Illueca, y ha hecho las delicias de los más pequeños gracias a la recreación de una aldea medieval y a un montón de talleres infantiles de percusión, tirachinas, pinturas de guerra...Toques de historia local

Entre los espectáculos, las recreaciones que mejor han funcionado son las que hacen referencia directa a la Corona de Aragón. Así, y gracias a distintas asociaciones culturales caspolinas, ayer pudo presenciarse un pasacalles conmemorativo de la firma del Compromiso de Caspe en 1412. Igualmente emocionante fue el sábado la entrada a caballo de Don Miguel de Luesia, acompañado por su familia y su cortejo.

La comitiva cruzó el puente de Piedra hasta llegar a la Seo, "donde cantaron la tradicional canción en homenaje a Don Miguel". "En la recreación participaron cerca de 200 luesianos ataviados de medievales y fue el prolegómeno de la recreación que tendrá lugar en Luesia el próximo 26 de julio", explicaba ayer Alfredo Miana, de la Asociación Cultural Fayanás.

También el Museo Diocesano ha echado el resto con sus visitas teatrales a las que fueron casas del obispo, si bien algunos de los zaragozanos que se acercaron al mercado medieval sugirieron que podría relatarse también –y en este contexto de abdicación y proclamación con mayor motivo– cómo eran las coronaciones de los antiguos reyes de Aragón y cómo completaban el recorrido entre la Aljafería y la Seo.

Cuestión controvertida y que debería mejorarse para próximas ediciones es la disminución del comercio artesano de origen local, que ha preferido vender sus productos en otras ciudades españolas dados los altos precios que deben pagar si quieren instalarse en Zaragoza. Este incremento de tarifas –parece que de forma inevitable– repercute al consumidor final que ha venido quejándose estos días de los ‘sablazos’ (y no por las batallas) de la feria. En cualquier caso, que no resultará sencillo cambiar las reglas del juego porque los mercadillos medievales –con la denuncia sostenida del PP de que se limita la libre concurrencia– se adjudicaron a Zaragoza Eventos en el año 2012 para cuatro años prorrogables a dos más.