Las escuelas de Arte y Diseño del barrio del Actur se han ganado entre los alumnos el apodo del "edificio gruyer". Un problema sin determinar con los ventanales provoca desde 2009 "roturas incontroladas" de los vidrios y hace que la fachada concebida por el equipo de arquitectos Sicilia para simular una piel acristalada con árboles serigrafiados se asemeje más al popular queso suizo. Esto unido a los actos vandálicos que ha sufrido el inmueble ha supuesto miles de euros en reparaciones y un problema de seguridad para alumnos y viandantes que ha obligado a Educación a colocar una valla protectora alrededor de todo el edificio.

Esta instalación –que ocupa parte de las aceras– ha costado 41.000 euros y sustituye a las vallas de obra que desde 2011 formaban parte del paisaje urbano de la zona. Desde la Administración explicaron que se han pintado de gris para que pasen desapercibidas y se integren en el entorno y que se encuentran en terreno de las escuelas.

Este perímetro de seguridad rodea todo el inmueble salvo las zonas de entrada. Allí ­–que como se observa en la imagen también hay vidrios rotos– se sustituirán los cristales por una chapa perforada. El cambio de materiales se hará en breve, aunque Educación no detalló ni el plazo concreto ni el coste que esto supondrá. Sí apuntó que se ha adoptado la medida para extremar la seguridad. "Llevo tres años en esta escuela y desde el primer día decían que había problemas con los cristales. Cada poco tiempo cae alguno. Ya ni nos sorprende", explicaba una estudiantes del centro durante uno de los descansos entre clase y clase. "Las vallas no son una solución, son un parche", añadía otra de las jóvenes matriculadas.

El problema con la fachada se remonta a antes incluso de que se estrenaran las instalaciones. De hecho, solo desde junio de 2009 (tres meses antes del estreno) a mediados de 2011 estallaron 16 cristales. Esta cifra hizo que el servicio de inspección de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza enviara un requerimiento a la DGA para que solucionara "con carácter de emergencia" las deficiencias de las cristaleras y evitara las roturas "incontroladas" que ponían en peligro a los viandantes. Entonces (2011) se vallaron las aceras para proteger a los ciudadanos. Los episodios continuaron y el pasado curso se produjeron al menos tres. Educación asegura que los incidentes de este año se deben a actos vandálicos y las partes afectadas están en proceso de reparación.

Pero, ¿por qué se rompen los cristales? Las administraciones no se ponen de acuerdo. El informe técnico de Urbanismo exponía que se quiebran por deficiencias en el cerramiento que provocan una elevada presión sobre el vidrio. Por su parte, el Departamento de Educación asegura que se ha comprobado que los vidrios están bien colocados, se han reforzado las juntas de los cristales y se tomó una muestra de 40 vidrios para someterlos a un ensayo conocido como ‘Heat Soak Test’. Estas pruebas consisten en exponer los vidrios a temperaturas extremas de frío y calor y así comprobar el nivel de roturas. Cuando se terminaron, los resultados no detectaron anomalías, según la DGA.

El edificio que alberga las escuelas de Arte y Diseño costó unos 20 millones y está construido en bloques. El primero, que está en la parte más al sur, es un salón de actos y sala de exposiciones que sirve de pabellón multiusos. Está forrado de madera y tiene una plaza-puerta que simboliza el carácter público del inmueble. Los dos siguientes edificios albergan la Escuela Superior de Diseño –con talleres, aulas, departamentos, biblioteca, laboratorio fotográfico, clase de informática y un espacio para medios audiovisuales– y la Escuela de Arte –con aulas, talleres, clases para medios audiovisuales, espacio fotográfico y departamentos–.