El castor se ha expandido ya por todo el tramo aragonés del Ebro y por varios afluentes

Fue reintroducido ilegalmente en La Rioja en 2003 y no ha parado de extenderse. Voluntarríos Aragón pide protegerlo en vez de erradicarlo

Es el roedor más grande de europa y tiene hábitos nocturnos.
Es el roedor más grande de europa y tiene hábitos nocturnos

El castor se ha extendido ya por todo el tramo aragonés del Ebro y también ha remontado varios afluentes como el Jalón o el Arba. Desde que en 2003 un grupo ecologista belga lo reintrodujo ilegalmente en La Rioja, el roedor más grande de Europa –puede llegar a pesar más de 30 kilos – no ha parado de expandirse hacia Aragón y también por Navarra pese a los esfuerzos de las administraciones por erradicarlo.


Tanto la DGA como los gobiernos de las comunidades vecinas y el Ministerio consideran que el castor es una especie invasora que puede dañar el arbolado de las zonas de ribera y modificar los hábitats –es un voraz comedor de corteza, hojas, tallos y otros productos vegetales–. Por eso tratan de frenar su avance capturando y eliminando ejemplares entre 2009 y 2012 en Aragón se sacrificaron 26 animales–.

Sin embargo, hay grupos conservacionistas, como Voluntarríos, que defienden que, aunque desapareció de la Península hace siglos, el castor es un roedor autóctono que no supone ningún riesgo para el resto de animales y plantas. "En los dos dos últimos años el Gobierno de Aragón no ha sacrificado castores y eso es una buena noticia, pero no solo no hay que acabar con ellos, sino que hay que protegerlos como ya se hace en Europa", reclama Ismael Sanz, de Voluntarríos Aragón.


El castor es un mamífero nocturno y adaptado a la vida semiacuática. Su cuerpo, compacto y rechoncho, está cubierto de un espeso pelaje impermeable y presenta una coloración parda brillante en el dorso y marrón amarillento en las partes inferiores. Su cola está aplanada y le permite impulsarse en el agua, tiene membranas natatorias entre los dedos de las patas traseras y sus incisivos, en continuo crecimiento, están muy desarrollados. Es una especie fácil de detectar por sus inconfundibles rastros: ramas y cortezas comidas con muescas de grandes dientes y troncos y ramas roídas en forma de lapicero.


Este animal estuvo presente en la Península al menos hasta la Edad Media –puede que desapareciera hace ‘solo’ tres siglos–. Sin embargo, en 2003 un grupo ecologista belga reintrodujo ilegalmente 18 castores procedentes de Alemania en el tramo riojano del Ebro.Aunque las administraciones trataron de atajar su expansión, la especie se ha seguido extendiendo.


"Hemos constatado que está presente en todo el tramo aragonés del Ebro, en el navarro, en el riojano? y también en varios afluentes por los que remonta decena de kilómetros como el Jalón, el Arba, el Aragón, el Arga... –explica Sanz–. También estamos viendo que la madera no supone ni la mitad de su dieta, también come hierbas, juncos, aneas... Así que no es un animal tan dañino".


Este miembro de Voluntarríos insiste en que su grupo está "totalmente en contra" de cómo se reintrodujo la especie en España. "Otra cosa es que defendamos que, una vez que ha sido imposible erradicarla, hay que protegerla porque el castor es un animal autóctono que no desplaza a nadie", destaca.


Sin embargo, el Gobierno de Aragón insiste en que, a pesar de su aspecto bonachón, se trata de un roedor invasor que puede llegar a suponer un grave problema. La DGA recuerda que ni los ríos son los de hace tres siglos ni existen los depredadores que había entonces –osos, lobos, linces...–, lo que puede suponer que las poblaciones de castor se disparen y acaben causando daños a la vegetación o a otros animales como el visón europeo –una especie protegida–.