La huelga de los jardineros de FCC llena los parques de kilos de basura

Torrerramona, Macanaz, Pignatelli y el Canódromo acumulan bolsas, envases y suciedad desde el miércoles, día de San Jorge.

Foto de archivo del servicio de recogida de basuras
Foto de archivo del servicio de recogida de basuras

Bolsas de basura, botellas, latas, envases... La huelga indefinida de los jardineros de FCC «se ve, se huele y se sufre» en los principales parques de la ciudad, según los vecinos de cada zona. En el de Torrerramona, en Las Fuentes, los restos de la celebración del Día de Aragón ocupan metros de césped y llegan a la zona de toboganes. «Entiendo que protesten, pero no así. Los niños no pueden divertirse entre tanto desperdicio. Semejante suciedad no tiene justificación», aseguraba Carmen de la Bastida junto a sus hijos, de cuatro y seis años. A Enrique Calvo, otro de los paseantes, le parecía «una cerdada». «Hoy no es día de jugar», les decía a sus nietos.


En el parque Pignatelli, las botellas y los ‘bricks’ de vino daban cuenta de una noche larga de botellón. La falta de mantenimiento trae de cabeza a los empleados de los quioscos del recinto, que se ha llenado de restos de árboles y de agujeros (obra de los canes). «Ya nos dijeron que se iba a notar. La verdad es que la labor de los jardineros es encomiable», opinaba Alejandro Aldea, uno de los trabajadores. Otros, más críticos, cargaban contra la falta de poda. «Hace tiempo que no cortan el césped», manifestaba SilvioPérez, uno de los habituales.


A la arboleda de Macanaz, el fin de semana romano le ha pasado factura. «Está todo fatal. Da pena pasear por aquí. Las papeleras y los cubos están a rebosar y el césped, repleto de basura», decía Rosa Serrano. Para José García, sin embargo, estaba «bastante bien» sobre todo, «teniendo en cuenta lo que podía haber sido». Los servicios mínimos tampoco han sido suficientes para adecentar el Canódromo, otra de las zonas verdes más afectadas por la huelga.