Zaragoza pierde 4.000 extranjeros en dos años

La capital aragonesa ha ganado población pero consolida la pérdida de vecinos de origen extranjero.

La crisis y la destrucción de puestos de trabajo ha modificado a lo largo de los últimos años, de manera paulatina, los movimientos migratorios que encontraban en Zaragoza su punto de llegada o salida.


Hasta 4.002 extranjeros han dejado la capital aragonesa para, como ocurre en el caso de miles de jóvenes, buscar un nuevo destino en el que poder vivir de manera más holgada. Esta marcha choca con el incremento poblacional registrado en los últimos datos del padrón


Las últimas cifras publicadas por el Ayuntamiento, correspondientes al cierre del pasado año, determinan que la capital aragonesa tiene actualmente 104.232 vecinos de origen extranjero. Un número que se ha visto reducido en dos ocasiones desde 2011, cuando había 108.234 zaragozanos nacidos fuera de España, máximo histórico.


La población extranjera no dejó de crecer desde principios de siglo. En el año 2004, en plena expansión económica y al calor de la burbuja inmobiliaria, Zaragoza contaba con 'apenas' 43.355 inmigrantes. Una cifra que necesitó menos de tres años para duplicarse y que ahora se contrae, aunque a un ritmo muy inferior al de su crecimiento.


Por países, los inmigrantes que viven en Zaragoza proceden mayoritariamente de Rumanía, Marruecos, Ecuador, Colombia, China, Colombia y Nicaragua. En los últimos dos años destaca el descenso de ecuatorianos y colombianos mientras la presencia de rumanos y marroquíes se mantiene estable.


Por distritos, son Delicias, San José y el Casco Histórico los que concentran mayor población extranjera. En el primero, por ejemplo, viven casi 6.000 ciudadanos de origen africano, más de 7.300 americanos y 2.104 asiáticos.


Más de 7.000 con la nacionalidad dejan Aragón


Desde 2009, más de 7.000 inmigrantes con nacionalidad española se han marchado de la Comunidad. A estos hay que sumar sus descendientes, ya nacidos en el país, y aquellos que han emprendido el camino de regreso sin ni siquiera haber obtenido la ciudadanía.