El Sella dice adiós. Después de una larga crisis y de varios meses en concurso voluntario de acreedores con los que ha intentado ganar tiempo para renegociar la deuda de 2,5 millones que había contraído con cuatro entidades financieras, el histórico complejo cerrará sus puertas a partir del 1 de julio. Durante los últimos días, sus propietarios (la familia Rodríguez Teresa) han contactado con diversos grupos de restauración y hoteles, como La Bastilla, el Gayarre, el Espacio Ebro, el Aura o el Híberus para dar "la mejor solución posible a los clientes afectados", como la responsable del departamento Financiero, Elisa Rodríguez, explicó ayer. A todos se les está ofreciendo otra ubicación para su celebración con unas condiciones similares. 

El complejo, que en enero expresó su "firme voluntad" de salir adelante a pesar del concurso de acreedores, tenía eventos contratados para 35.000 personas este año. La empresa insiste en que los de estos meses (de enero al 30 de junio) se han celebrado y se seguirán celebrando "con total normalidad". Ayer no supieron precisar cuántos han quedado sin cubrir y están siendo derivados.

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