Movilidad urbana

Los ciclistas eligen la acera

Dos meses después de que el Ayuntamiento de Zaragoza pintara el carril sugerido entre los tilos, la inmensa mayoría de las bicicletas circulan por la acera, mientras que el tráfico por la calzada es casi residual.

Un peatón y un ciclista caminan por el paseo Independencia
Los ciclistas eligen la acera
J. M. MARCO

Los ciclistas de Zaragoza prefieren circular por la acera. Dos meses después del estreno de carril bici sugerido en el paseo de la Independencia, donde los usuarios de este medio de transporte pueden elegir entre compartir espacio con los vehículos de motor o los peatones, la inmensa mayoría de las bicicletas se ha mantenido alejada de la calzada, donde el tráfico ciclista es casi residual a pesar de la señalización específica y las zonas de adelantamiento que se han colocado en cada semáforo. Hasta ahora la convivencia se ha desarrollado de forma más o menos correcta, pero con el buen tiempo se multiplican los ciclistas, los peatones y, por tanto, las probabilidades de conflicto entre unos y otros.


“Ya advertimos que pintar un carril para bicis en un espacio peatonal no era la solución para fomentar la circulación por la calzada, que era lo que sostenía el Ayuntamiento. El problema no es solo que se ha ocupado la acera generando conflictos innecesarios entre ciclistas y peatones, sino el mensaje que se transmite de que ese es el lugar por el que deben transitar las bicicletas”, indican protestan desde Acera Peatonal, un grupo surgido en internet que ahora pretende convertirse en asociación para denunciar la circulación de bicicletas por las aceras.


Con el objetivo de demostrar la escasa efectividad del plan municipal para trasladar las bicis a la calzada, desde este colectivo han realizado un sencillo pero efectivo experimento de campo: han acudido al lugar de los hechos, el paseo de la Independencia, para contar cuántos ciclistas utilizaban cada vía. Según este grupo de defensa de los espacios peatonales, más del 90% de las bicicletas optan por la acera -la gran mayoría, pero no todos, por el carril señalizado-, mientras que solo una escasa parte de los usuarios de este medio de transporte lo hacen por la calzada.


“Es cierto que hace falta un periodo para que ciclistas, conductores y peatones se adapten a esta nueva situación, pero esta era una ocasión única para educar a la ciudadanía. Independencia es el lugar perfecto para circular por la calzada, ya que tiene un firme en buen estado, está pacificada y señalizada y no cuenta ni con giros ni con incorporaciones”, aseguran desde Acera Peatonal, quienes creen que se han cometido errores de bulto: “No se ha explicado a los afectados cuáles son las normas, cuando se llega a la plaza de España no hay ninguna indicación y cada ciclista debe interpretar qué debe hacer... La percepción no puede ser 'circule usted por donde quiera”.


Carriles bici y pacificación


Desde los colectivos ciclistas, que también criticaron la decisión de pintar un carril bici sugerido entre los tilos, aseguran que ha ocurrido lo previsible. “Si fomentas e incentivas la circulación por la acera no te puedes sorprender de que sea precisamente eso lo que ocurra”, explica David Arribas, de Recicleta, quien cree que “al menos se ha ordenado el tráfico y se ha conseguido que todos circulen por una zona delimitada”. Sin embargo, este es un mal menor que no corrige un error difícil de arreglar: “Se ha fomentado el tránsito por las aceras y ahora eso es difícil de revertir. Se debería haber apostado más por el carril bici y la conciliación”.


“El ciclista no puede olvidar que en las zonas peatonales no es más que un invitado y debe adecuar su velocidad y sus movimientos a los de los viandantes”, dice Arribas, quien cree que escogen la acera “por comodidad más que por miedo” y que deben conocer las normas: “El carril bici de Independencia es sugerido y el peatón tiene preferencia en cualquier punto de su trazado, pero hay gente que les pita para que se aparten”.


Sin embargo, la seguridad sí sigue siendo un argumento para los ciclistas, que en ocasiones se sienten más presionados por los vehículos de motor. “Los que circulamos por la calzada hemos notado que desde que está el carril bici en Independencia hay más acoso por parte de algunos conductores, que desconocen que las bicicletas también pueden ir por allí”, denuncia Alberto Lorente, de Pedalea: “Aunque no nos parece que se tomaran las decisiones correctas, en su momento ya decidimos resignarnos y ahora queremos mirar hacia delante. Queda mucho trabajo por hacer. Hay que seguir luchando para extender la red de carriles bici y hacer efectiva la pacificación”.


¿Qué es un carril bici sugerido?


A diferencia de un carril bici al uso, se trata de una zona de circulación sugerida, por las que los peatones siguen teniendo preferencia y pueden cruzar por cualquier punto. Los dos carriles de Independencia -uno por cada acera- son bidireccionales y tienen una anchura de 2,5 metros, mientras que los de un solo sentido duelen medir 1,30.


Los ciclistas, que en la acera deben ceder el paso a los viandantes, también pueden circular por la calzada, donde hay espacios de adelantamiento para bicicletas. De esta forma, se pretendía fomentar el paso de estos vehículos por el asfalto permitiendo a los ciclistas adelantar al resto de vehículos cuando se encuentren detenidos en un semáforo.