Superación personal

"Conseguir el 'objetivo 6.000' sería poner el broche final a mi carrera deportiva"

Después de tres décadas en la élite del deporte, cuatro transplantes de hígado y dos prótesis de rodilla, el zaragozano Carlos Sanz se prepara para su gran reto, alcanzar los 6 mil metros en la cordillera del Himalaya

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"Conseguir el 'objetivo 6.000' sería poner el broche final a mi carrera deportiva"
H. A.

Si hubiese que elegir una palabra para definir a Carlos Sanz Hernández, esta sería tenaz. Y es que, a pesar de los baches con los que se ha encontrado en el camino (materializados en cuatro trasplantes de hígado y dos prótesis de rodilla), siempre ha conseguido todo lo que se ha propuesto.


Después de tres décadas en la élite del deporte, Sanz ha decidido poner punto y final a su carrera deportiva. Lo hará esta próxima primavera junto al alpinista aragonés Carlos Pauner, quien pretende alcanzar la cima del Everest. Con esta hazaña, Pauner habrá escalado las 14 montañas más alta del mundo (con alturas superiores a 8.000 metros).


Por su parte, Carlos Sanz se convertirá en la primera persona en sus condiciones capaz de llegar a los 6.000 metros en la cordillera del Himalaya. Su objetivo, llegar al campamento base del Everest, situado a 5.200 metros. Con respecto a los mil restantes, la ruta todavía está por determinar. 


"No se trata solo de batir el récord y hacer algo único en la historia del deporte. Quiero hacerlo como un reto personal, para animar a todas las personas que están pasando momentos difíciles y demostrarles que, con fuerza de voluntad, se puede conseguir cualquier cosa", ha asegurado Sanz.


A pesar de la relevancia de esta meta, toda la trayectoria de Carlos Sanz se basa en la superación personal. Lo hizo cuando se convirtió en árbitro asistente de Primera División de fútbol con apenas 18 años. Cuando se inició en el atletismo, disciplina en la que alcanzó el puesto de  Campeón del Mundo y de Europa. Del mismo modo se proclamó Campeón Latinoamericano en natación, al verse obligado a dejar su carrera de atleta trasplantado debido a su primera prótesis de cadera. 


En la actualidad se encuentra inmerso en un plan de preparación de cuatro meses para llegar a punto a la primavera. "Hay que tener en cuenta que a esas alturas las cantidades de oxígeno son la mitad de las existentes en condiciones normales. Es un esfuerzo añadido con el que deberemos convivir y al que tendremos que aclimatarnos para poder conseguir nuestros objetivos", ha indicado.


Echando la vista hacia atrás, Sanz considera haber alcanzado todos sus propósitos. "Conseguir el 'objetivo 6.000' seria poner el broche final a mi carrera deportiva, que empezó cuando tenía 18 años. A partir de ahora mantendré mis retos personales, pero sin afán de competición", ha asegurado. Y es que, como ha asegurado, despedirse con esta hazaña "sería algo increíble".