Zaragoza

Sólo la mitad de las antiguas estaciones de autobuses tiene alguna actividad

Cinco años después de su cierre, solo dos estaciones y la mitad de una tercera tienen actualmente algún tipo de uso.

Hasta hace poco más de cinco años, el destino vacacional de los zaragozanos determinaba el punto de partida. Siempre que se fuera en bus, claro. A Salou, por ejemplo, se marchaba desde Hernán Cortés, y a las fiestas del Torico de Teruel se partía desde Juan Pablo Bonet. Fue en 2007, con la apertura de la nueva estación de autobuses en los bajos de la Intermodal, cuando las seis terminales de la capital aragonesa echaron la persiana. Ahora, solo dos y parte de una tercera tienen algún tipo de actividad.


La primera en 'revivir' fue la ubicada entre los números 13 y 15 de Juan Pablo Bonet, perteneciente a Autobuses Jiménez. En ella luce el letrero amarillo de un supermercado Simply que el grupo Sabeco trasladó desde la cercana calle de Vasconia.


En la calle de Castellví, una pequeña bocacalle de Hernán Cortés, FCC disfruta de un amplio aparcamiento para unos 30 vehículos, así como de un almacén y una pequeña oficina. Se trata de la antigua estación de Automóviles Zaragoza, que en los primeros meses de 2011 comenzó a centrar las operaciones de la contrata municipal en el epicentro de la ciudad.


La tercera terminal que tiene algo de actividad en su interior es la más céntrica del sexteto. Entre Hernán Cortés, paseo de María Agustín y la calle de Hidalgo, Ágreda Automóviles disponía de una perfecta base de operaciones desde la que llegaban y partían la inmensa mayoría de sus vehículos. Ahora, la parte de las cocheras, con entrada y salida desde los laterales, permanece inerte a pesar de que incluso se proyectaron una serie de viviendas en su interior. Solo las taquillas y oficinas, a las que se accedían por el paseo de María Agustín, han podido ser arrendadas a la cadena de ropa Gusta, de origen chino.


El otro espacio de Ágreda en la capital aragonesa se ubicaba en la avenida de Valencia, con entrada por la calle de Lérida, junto a una gasolinera. Más pequeña que su estación hermana, concentraba la mayoría de movimientos a localidades cercanas dentro de la provincia. Fuentes de la empresa confirman que, en su momento, estuvo cerca de reconvertirse en un garaje, proyecto que finalmente cayó en el olvido.


Como olvidadas están las estaciones de la calle Lacarra (antigua General Sueiro) o la de la avenida de Navarra. Mientras la primera está adecentada por dentro y por fuera; la segunda, de Autobuses Cinco Villas y Conda y que conectaba Zaragoza con Pamplona y San Sebastián, presenta un aspecto lamentable. Ambas naves, de un considerable tamaño, han sufrido las consecuencias directas de la crisis, ya que en época de bonanza podrían haber sido fácilmente traspasadas dada su ubicación.