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El primer centro de día y consigna para personas 'sin techo' se abre en el Gancho

La idea, que partió del padre Cendoya, sacerdote de la parroquia de San Pablo, tras detectar un importante aumento de personas sin hogar, cuenta con el trabajo de voluntarios y la ayuda de las Conferencias de San Vicente de Paúl, CAI y ASC.

El barrio de San Pablo, más conocido como del Gancho, cuenta desde hace unos días con el primer centro de día y consigna de Zaragoza para las personas 'sin techo'.


El centro, situado en la calle de San Blas, número 7, está atendido por un grupo de diez voluntarios, entre ellos el coordinador de este proyecto asistencial, Fernando Rodríguez Barrera. Allí acuden diariamente más de 50 personas sin recursos para recibir alimentos, disfrutar de un lugar de acogida, convivencia y orientación, y guardar las escasas pertenencias con las que cargan.


La idea partió del padre Ignacio Cendoya, sacerdote de la parroquia de San Pablo, tras detectar un importante aumento de personas sin hogar y la necesidad de poner en marcha nuevos recursos sociales que les ayuden a retomar el rumbo de sus vidas.


La iniciativa ha contado con el apoyo decisivo de las Conferencias de San Vicente de Paúl, que ha cedido el local desinteresadamente, de la Obra Social de Caja Inmaculada (CAI) y de Acción Social Católica (ASC), instituciones que han aportado los fondos para acondicionar las instalaciones y llevar a cabo la labor asistencial.


El centro tiene una superficie de 110 metros cuadrados, distribuidos en planta calle y sótano. Dispone de diferentes servicios para que los usuarios puedan descansar, distraerse y resguardarse del calor, del frío o del agua durante el día.


"Este proyecto complementa el trabajo de otros recursos asistenciales, como pueden ser los comedores sociales o los albergues". "Nosotros, ha explicado el coordinador Fernando Rodríguez, "les damos la merienda y la cena para completar su alimentación.


Por otro lado, "hemos habilitado la planta baja como consigna para uso de 90 personas con el fin de liberarles de bultos mientras están en la calle buscando su medio de vida".


Además de atender las necesidades básicas, el principal objetivo es evitar que la desestructuración social y personal de los beneficiarios se cronifique. "Queremos eliminar los riesgos de exclusión y para ello intentamos encontrarles pequeños trabajos que les hagan participativos, así como informarles, orientarles y ayudarles a que superen su actual situación", ha añadido Rodríguez.


Según datos facilitados por Cruz Roja Zaragoza, su Unidad Móvil de Emergencia Social atendió en 2011 en la capital aragonesa a 493 personas sin hogar, de las que la mayor parte transitaban con sus pertenencias en sacos o bolsas. Todas ellas tienen ahora en el centro un nuevo espacio donde aligerar su carga, cuidar su alimentación y, sobre todo, recibir grandes dosis de apoyo, solidaridad y esperanza.