Con la llegada del verano, la Fundación Tarazona Monumental no falta a su cita con los niños en el templo de Santa María de la Huerta, donde esta semana está desarrollando el primer turno de unos talleres sobre arte y patrimonio lúdico.

El balance de este año está siendo muy positivo. “Estamos muy contentos con la respuesta del público, sí que es verdad que todos los veranos ha venido mucha gente y tiene muy buena aceptación, pero este año hemos cubierto todas las plazas”, explica Isabel Ibáñez, técnico de la Fundación.

La actividad se lleva a cabo en un marco incomparable como es el claustro de la catedral, donde se aprovecha la zona de sombra. Allí los niños viajan en el tiempo, se sienten artistas y se divierten a la vez que aprenden. “Lo principal es que ellos se divierten en un medio diferente al que están acostumbrados, se van empapando de diferentes aspectos culturales, como lo que tenemos representado o las diferentes técnicas empleadas”, añade Ibáñez.

Cada día se realizan actividades variadas, pero siempre conociendo diferentes aspectos artísticos de la catedral, realizando juegos y actividades plásticas. “Hemos hablado sobre los animales que hay representados en la catedral y pudieron hacer sus grabados para llevarse a casa, que también es algo que les gusta porque están toda la mañana trabajando pero luego se llevan el recuerdo para enseñarlo”, indica la técnico de Tarazona Monumental. Los talleres también han explicado los restos arqueológicos antes de realizar un mosaico, los retablos, y la labor de los restauradores, “ya que van a arreglar sus propios cuadros”.

Están participando casi una veintena de niños con edades comprendidas entre los 4 y los 13 años. Del 18 al 21 de agosto se repetirá esta actividad, aunque variando los contenidos. Las plazas son limitadas y es imprescindible reservar. Los niños pueden acudir solos o acompañados. El precio por participar un día es de 4 euros, y si se apunta al niño para los cuatro días, sólo 12 euros.