Tarazona celebra la festividad del Carmen

Cientos de personas procesionan acompañando la imagen de la Virgen.

Procesión por las calles de Almehora, en honor a la festividad del Carmen.
Procesión por las calles de Almehora, en honor a la festividad del Carmen.

Cientos de personas han asistido este jueves por la tarde en Tarazona a los actos religiosos organizados con motivo de la Virgen del Carmen. Los mozos del barrio de La Almehora han portado a hombros la peana de la Virgen y las mujeres la del Niño Jesús de Praga.


A las ocho de la tarde comenzó la eucaristía en la iglesia del Carmen que, como cada 16 de julio, se ha quedado pequeña y eso que es uno de los templos más grandes de Tarazona.


“Siempre ha habido mucha devoción por la Virgen del Carmen”, ha comentado una señora en la puerta de la iglesia. Cada vez hay más devotos, tal y como se demuestra con el aumento de la venta de recuerdos de la Virgen, desde el tradicional escapulario hasta calendarios, llaveros o cadenas.


En torno a las nueve de la noche ha arrancado la tradicional procesión que, bajando por la calle Caldenoguea y subiendo por el Carmen, ha recorrido las calles de la Almehora.


Como siempre, los mozos del barrio han portado a hombros la peana de la Virgen. Las mujeres han hecho lo propio con la imagen del Niño Jesús de Praga, muy querido desde que lo trajeron los monjes carmelitas. Los coches aparcados justo delante del templo han dificultado la salida de las peanas.


La procesión ha contado con la participación del alcalde de Tarazona y parte de la corporación municipal, y más de una decena de comulgantes de este año.

Del siglo XVII

El antiguo convento e iglesia del Carmen de Tarazona se construyó a finales del siglo XVII, cuando los frailes carmelitas de Novallas se trasladaron a la ciudad turiasonense.


Pero tiempo después, con la Desamortización de Mendizábal, los monjes tuvieron que marcharse y parte del convento pasó a manos del Ayuntamiento, que a su vez lo cedió a la fosforera. Los monjes regresaron al Carmen a principios del siglo XX.


Tras la marcha de los frailes -hace ahora unos cincuenta años, con el padre José Antonio como prior-, el Carmen se convirtió en parroquia, aunque con el paso de los años fue perdiendo culto, en parte, debido a la despoblación de la zona. Aunque la festividad del 16 de julio sigue siendo multitudinaria.


El interior de la iglesia guarda retablos barrocos, la mayoría del siglo XVIII, entre los que destacan el retablo mayor y el más importante, el dedicado a la Virgen del Carmen. Frente a esta última está la capilla del Niño Jesús de Praga, pues los carmelitas le guardaban siempre culto.

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