Veneno para gatos y perros en las calles de La Muela

La protectora ALMA detectó el primer caso hace un año y en los últimos tiempos se han incrementado.

Dos perros murieron al ingerir veneno en la zona y un tercero se salvo.
Dos perros murieron al ingerir veneno en la zona y un tercero se salvo.

“Llevamos un año viendo cómo cada tres meses se produce en La Muela una oleda de fallecimientos de gatos y perros a causa del veneno”, lamenta Itziar Ortega, presidenta de la protectora de animales ALMA. En un primer momento, las zonas seleccionadas para dejar los tóxicos eran las colonias de gatos con las que esta asociación trabaja, sin embargo, ahora se puede encontrar veneno en cualquier punto de la localidad, e incluso, “en el paseo doña Sofía, que es el centro neurálgico de La Muela”.


Además, la periodicidad con la que se producen estos “ataques” ha ido aumentando en los últimos tiempos y no se dan en un punto en concreto, sino en varias zonas del municipio a la vez. “Es algo que no entendemos porque las colonias están mucho más controladas y no generan ningún problema, esterilizamos a todos los gatos que podemos y hemos puesto puntos con comida para que no haya suciedad por el centro”, relata Ortiz.


Durante este año han cuantificado un total de 17 fallecimientos además de dos perros, que aunque se han salvado, les han quedado secuelas. Ejemplo de ello es que hace escasos diez días murieron cinco gatos y un perro. “Es una pena porque una familia perdió a sus dos perros en solo ocho días por culpa del veneno”, destaca Ortega. Por ello, desde la protectora llevan varios meses intentando concienciar a los vecinos. “Hay que estar muy atentos para evitar que ocurran más casos como estos”, sostiene. 


Por su parte, lo han intentado todo, “pero sin saber quién lo está haciendo es imposible”. En este tiempo han acudido varias veces a denunciar los hechos a la Guardia Civil, “sin embargo, al no haber un denunciado, solo pueden dar vueltas por el pueblo”. Asimismo cada vez que aparece un caso nuevo, avisan al Ayuntamiento de La Muela para que publique un bando e informe a la gente.


“El veneno tan pronto aparece directamente tirado en el suelo o en las paredes como metido en las salchichas para dañar directamente a los animales”, subraya Ortega. De momento, en todas las ocasiones ha sido un tóxico que es necesario ingerirlo, “aún así tenemos miedo de que alguna vez pongan uno por contacto y los niños se intoxiquen”.“Cuando descubrí que habían envenenado en mi perra no me lo podía creer”

Duna tenía diez años en el momento en el que falleció por culpa de un envenenamiento. “Un martes empezamos a notar que perdía el apetito y que estaba cansada, pero como hacía un mes había tenido una gastronteritis no le dimos más importancia y le suministramos la misma medicación”, señala Ruth Labaco, dueña de Duna. Sin embargo, los síntomas iban en aumento y cuatro días después pasó la peor noche de su vida. “Estuvo muy inquieta, así que mi pareja se la llevó al hospital veterinario de Zaragoza”, subraya.


A las pocas horas falleció. “Le hicieron varias pruebas y según los resultados podría ser que tuviera un cáncer”, recuerda. Sin embargo, a los pocos días las pruebas llegaron a manos de su veterinario en La Muela, y entonces fue cuando descubrió la verdad. “Es imposible que fuera un cáncer porque con las pruebas que le hicimos hace un mes se lo hubiéramos detectado. Todo parece indicar que ha sido un envenenamiento”, le dijo su veterinario.


“Entonces descubrí que no era el primer caso, de hecho, gracias a los bandos que dio el Ayuntamiento, otro perro en circunstancias parecidas se pudo salvar”, sostiene. Ahora, cinco meses después el veneno ha vuelto al municipio y con ello el miedo a los hogares de los vecinos con animales, pero también con niños pequeños. “Cuando uno es pequeño toca todo y se lo lleva a la boca, es un peligro que alguien esté poniendo este tipo de tóxicos”, destaca.