Un colegio de Tarazona recibe el segundo premio en un concurso de educación vial de la DGT

Los alumnos de tercero de Primaria del colegio Nuestra Señora del Pilar son los ganadores.

El curso pasado, los alumnos de tercero de Educación Primaria del colegio Nuestra Señora del Pilar de Tarazona realizaron un proyecto de educación vial en colaboración con la Policía Local. Ese proyecto fue presentado a la segunda edición de un concurso a nivel nacional sobre educación vial promovido por la Dirección General de Tráfico y obtuvo uno de los segundos premios, galardonado con 1.000 euros para el centro.


El colegio ya recibió el dinero en metálico y ahora acaba de llegar el diploma acreditativo y un detalle para la tutora responsable del proyecto. “Siempre que sales de la rutina y el libro, a los chiquillos les gusta y les motiva, por lo que se involucran. Han aprendido mucho, e incluso hicieron de profesores con niños más pequeños. Hicimos una salida para aprender cuál era el camino más seguro para venir al cole, y una sesión práctica con las bicicletas, con un circuito en el patio”, explica la profesora Ángela Calvo.


La Policía Local participó activamente en el proyecto, ya que enseñaron a los niños sus funciones, y cómo hay que comportarse para tener una buena convivencia. Los alumnos pudieron conocer de cerca los vehículos policiales, realizar una salida e incluso completar un circuito en bicicleta para aprender todo lo relacionado con la seguridad vial desde el punto de vista del ciclista. “Como examen final les dimos un pequeño carnet de educador vial. Queríamos enseñarles los problemas del tráfico, y concienciarles para que luego se lo contaran a sus padres, hermanos, y así ampliar el conocimiento de educación vial en Tarazona”, dice el policía Alberto Ruiz.


Cada uno de los alumnos preparó un proyecto individual con dibujos e información de todas las enseñanzas recibidas, y aunque han pasado muchos meses, todavía recuerdan las nociones básicas de la educación vial. “Cuando vamos en bici hay que ponerse un casco y quizás unas rodilleras”, cuenta Manuel Martínez, y “en las carreteras tienen que poner pasos de cebra para que los peatones puedan pasar y paren los coches, y tenemos que tener cuidado en las salidas de los garajes y fijarnos bien que no haya ningún coche”, añade su compañera Ainhoa Acordagoitia.


Los alumnos de Educación Infantil del centro también se beneficiaron de este proyecto de educación vial, ya que los niños de Primaria hicieron de profesores con ellos y les transmitieron todo lo que ellos habían aprendido. “A los más pequeños les intentamos explicar con palabras sencillas para que lo entendieran”, recuerda Annie Sanz.