​Zapatos del Aranda con destino a África

Empresas del calzado donan mercancía para centros que atiende la Fundación de las Escuelas Pías dentro de un envío solidario.

Algunos niños de Camerún, con los primeros zapatos de su vida, procedentes de Aragón
​Zapatos del Aranda con destino a África

"Me iba a África, pero no me quería ir con las manos vacías". En los últimos meses, la solidaridad aragonesa ha llegado al corazón del África Central a través del proyecto que la fundación de las Escuelas Pías desarrolla desde hace 26 años en escuelas y orfanatos de varios países.


Entre el cargamento, unos 500 pares de zapatos para niños que las firmas Acebo´s, de Illueca, Jungla, de Morés y La Lezna, ubicada en Brea, han donado con destino a pequeños de escuelas que mantiene la orden en algunas de las áreas más marginales del Camerún. "Ha sido espectacular ver cómo los recibían y se los ponían, eran los primeros zapatos que tenían", dice Francisco Martín Marín, ex jefe de servicio de Nefrología del Hospital Clínico, ya jubilado, y cooperante. Martín viajó a Camerún para colaborar con los padres escolapios en tareas sanitarias, pero hizo el viaje bien pertrechado.


Antes de iniciar la expedición se puso en contacto con la asociación de fabricantes de calzado y afines de Zaragoza y varias empresas de la zona accedieron a colaborar con el proyecto. Para evitar los costos que hubiera supuesto el envío por la vía ordinaria, el cargamento se llevó hasta Libreville, capital de Gabón, con hércules del Ejército del Aire que operaban en la zona y quisieron colaborar. Aunque el envío no se quedó ahí, ya que también se mandaron 1.500 kilos de material escolar y 150 ordenadores obtenidos de la solidaridad aragonesa. "Allí toda la ayuda es poca. El trabajo que hacen los escolapios es increíble", comenta Martín.


Bajo la premisa de llevar la educación donde más se necesita, siguiendo la doctrina del fundador de la orden, el oscense San José de Calasanz, los escolapios iniciaron su trabajo en África en 1987 en una misión que hoy dirige el aragonés Javier Negro, provincial de los Escolapios para el África Central, donde más de 100 religiosos gestionan parroquias, escuelas y comunidades. Sin embargo, el principal problema es el sanitario, y solo en Camerún hay cuatro enfermedades asentadas: paludismo, hepatitis, polio y tifus.


"Los niños van a clase sin comer, y después de haber hecho el esfuerzo de ir a buscar agua para sus casas porque no cuentan con agua potable", explica Martín, que realizó visitas sanitarias a niños y profesores de diversos colegios y orfanatos, además de centros de monjas que son "auténticas heroínas", en la selva y atendiendo a personas en condiciones extremas, como niñas con sida o afectados por minas antipersona que atienden en el país órdenes como las Calasancias, las Misioneras Cruzadas de la Iglesia o las Carmelitas Misioneras Teresianas.

Francisco Martín Marín ya prepara un nuevo viaje y un nuevo envío de material, del que espera obtener la misma solidaridad.