El Ebro se ha despertado este jueves por la mañana con un caudal de 1.855 m3/s a su paso por la estación de aforo de Ascó y de 1.778 m3/s en Tortosa, un nivel estable favorecido por la acción del pantano de Mequinenza, que ha estabilizado el tramo final del río, según diversas fuentes.

Pese a ello, se han inundado las zonas más bajas de cultivos cercanas a las orillas, embarcaderos y cultivos.

En Miravet, el primer pueblo que se vería afectado ya en su núcleo urbano si el caudal aumenta, el nivel del agua ha subido unos 55 centímetros respecto a la noche del miércoles, cuando los embalses de la parte baja todavía no habían abierto compuertas a 1.800 m3/s.

El agua ha llegado hasta el último escalón antes de entrar en la primera calle y desde el pueblo se confía en que no sobrepase este nivel.

"La previsión que tenemos es la que quisiéramos que ocurriera, porque poco margen de decisión tenemos. Quisiéramos que continuase así, que no siguiera inundando campos, taponando la red de saneamiento, ni llegara a las calles", ha explicado el alcalde del municipio, Toni Borrell.

A primera hora de este jueves la altura del río en Tortosa era de 5,46 metros y en Ascó, de 5,38 metros.

Hasta la madrugada, el nivel del Ebro ha ido subiendo y ahora se mantiene estable. Incluso, según Protección Civil, se aprecia una tendencia a la baja en la entrada de agua en el pantano de Mequinenza.

El miércoles el pantano de Mequinenza, el mayor del sistema de embalses que controlan el río en su último tramo, perdió su capacidad de almacenar, y desde entonces controla la crecida con el pantano por encima del máximo de su capacidad -este jueves se encontraba al 102,31%, según la CHE-.

El pantano del Bajo Cinca no llegaba a niveles similares desde mayo de 1991, hace 24 años.

Mientras, Protección Civil mantiene activado en fase de Alerta el plan Inuncat en las Tierras del Ebro.